Lokillo se subió al metro de Medellín para recordar la época en la que se dedicaba a las ventas ambulantes. Con el popular saludo, llamó la atención de los pasajeros para contarles un poco de su historia.
Les mostró el tatuaje de un gancho de ropa que tiene en uno de sus brazos como símbolo de su pasado. “Sé para donde voy porque no se me olvida de dónde vengo”, escribió el humorista.
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Agregó que, “gracias a Dios” hoy ya no ofrece productos, pero ofrece sonrisas.
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