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El juicio que afronta Novak Djokovic en Australia: un partido fuera de la cancha

El Gobierno australiano dio a conocer los argumentos con los que pretende expulsar al tenista serbio.

Novak Djokovic
El deportista se arriesga a tener prohibida la entrada al país oceánico durante tres años.
MARTIN KEEP/AFP

A dos días del inicio del Abierto de Australia, el número uno del tenis mundial, Novak Djokovic, volvió a un centro de detención de Melbourne mientras la justicia examina su deportación por no estar vacunado contra COVID-19.

El gobierno australiano canceló el viernes por segunda vez su visado, pero no procedió a su expulsión inmediata a la espera de que la justicia se pronuncie sobre el recurso presentado por los abogados del jugador.

El caso está en manos de una corte federal, después de que el juez de Melbourne ante el que apelaron los abogados del tenista se declarara incompetente. Este cambio puede ralentizar el procedimiento, estimó su defensa.

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Según la documentación presentada ante la justicia, las autoridades del país oceánico argumentan que la presencia de Djokovic "puede alentar el sentimiento antivacunas" y provocar "agitación social", motivos por los que solicitan su expulsión.

El tribunal celebró una audiencia este sábado, que Djokovic siguió telemáticamente, y tiene prevista otra el domingo, apenas un día antes del supuesto debut de Djokovic en el Melbourne Park ante su compatriota Miomir Kecmanovic.

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El gobierno australiano reconoce que, pese a no estar vacunado frente al COVID-19, Novak Djokovic presenta un "riesgo insignificante" de infectar a otras personas. A continuación, los argumentos que ha sostenido el ministro Alex Hawke en un documento publicado por la corte federal que examina el recurso de Djokovic:

  • Sentimiento antivacunas: La presencia de Djokovic en Australia puede alentar a los australianos a no vacunarse o a no administrarse la dosis de refuerzo.
  • Desprecio por las reglas: Djokovic reconoció "un error de juicio" al incluir información falsa en su declaración de viaje entregada a las autoridades australianas o haberse reunido con un periodista después de haber dado positivo al covid-19. Si se queda en Australia, el deportista serbio puede "fomentar un desprecio similar" a las guías sanitarias ante la pandemia.

  • Orden público: Como referente deportivo, el incumplimiento de Djokovic de las medidas sanitarias y su rechazo a la vacunación puede minar la gestión de la pandemia en Australia. Además, conducir a una agitación social con marchas y protestas que pueden ser un foco de transmisión comunitaria.
  • Declaración de viaje falsa: Djokovic reconoció haber entregado una declaración errónea a las autoridades australianas asegurando que no viajó en los 14 días previos a su llegada a Melbourne el 5 de enero cuando, en realidad, se trasladó de Serbia a España. El tenista atribuyó el error a su agente, que admitió su responsabilidad.
  • Preservar la vida y la salud: Cancelar el visado puede causar a Djokovic y su familia "angustia y dificultades emocionales", dañar su reputación y sus finanzas e impedirle competir en el Open de Australia, pero estos inconvenientes no compensan los riesgos que su permanencia supone para la gestión del COVID-19 en el país.

El caso puede tener repercusiones a largo plazo para el número uno mundial, que se arriesga a tener prohibida la entrada a Australia durante tres años.

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