Concierto de Bad Bunny se salió de control: gran colatón y robo de dinero opacaron el show

Bogotá vivió durante la tarde y noche del domingo 20 de noviembre uno de los eventos más esperados por miles de fanáticos del cantante puertorriqueñoBad Bunny, quien ofreció un concierto que puso a 'perrear' y a corear a miles de personas por varias horas.

Sin embargo, pese a la preparación del artista y su grupo logístico por ofrecer un impecable show, este fue opacado por el comportamiento inadecuado de cientos de personas que alteraron el orden a las afueras del estadio El Campín, donde había eternas filas para ingresar al evento del 'conejito malo'.

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Pues luego de unas horas de filas con ingreso controlado, cientos de asistentes rompieron las filas y en un acto de intolerancia derribaron las vallas que rodeaban el lugar e ingresaron descontroladamente al evento por una de las escaleras ubicadas a un costado del Estadio El Campín.

La entrada en masa fue tan grande que el personal de logística no pudo interceder para controlar la turba que violó todos los parámetros de control y seguridad y terminó ingresando al concierto sin filas, orden ni boleta.

La acumulación de personas en el violento ingreso provocó el desmayo de algunos asistentes que no soportaron el tumulto y quedaron sin oxígeno en medio de su intento por ingresar inadecuadamente al concierto.

Sin embargo, esa no fue la única situación que opacó el gran evento del artista urbano; pues la estafa a través de falsos vendedores de licor también fue protagonista en las tribunas.

Según denuncian algunos asistentes al evento, en las tribunas había personas con marcas de licores y quienes, haciéndose pasara por vendedores de licor, lograron recaudar dineros y desaparecieron.

Estas situaciones desataron una oleada de críticas contra la logística del lugar ya que los asistentes aseguran que todas las situaciones se desencadenaron debido a la mala planeación del evento y al poco control por parte de los encargados.

Pues fanáticos de Bad Bunny denuncian que la mala logística permitió que falsos meseros ingresaran a los palcos donde recogieron dinero para la compra de supuestos licores que nunca llegaron.