Una agente de policía enamorada se tomó muy enserio esa frase romántica que dice "hasta que la muerte los separe", pues ella enamorada de un recluso que tenía a su cargo, prefirió quitarse la vida antes que vivir tras las rejas alejada de su gran amor.
La historia de la mujer identificada como Casey White es digna de una película. Ella, quien trabajaba en un centro de reclusión que contaba con en su mayoría con hombres considerados asesinos a sueldo, se dejó robar el corazón por un preso inculpado por dos asesinatos, con el que un día decidió escapar para vivir libremente su historia de amor.
Para sacarlo, Casey se inventó la excusa que debía llevarlo a la corte para un examen de salud mental, algo que claramente no era cierto, pero que le resultó efectivo para ejecutar el escape.
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Fue así entonces como ambos huyeron pensando que nada, ni nadie podría detenerlos. Sin embargo la dicha a los prófugos de la justicia no les duró tanto, pues una vez las autoridades se enteraron que todo había sido un plan de escape, iniciaron una persecución liderada por detectives que lograron dar con el paradero de los tortolitos.
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Casey y 'su amor asesino' se encontraban en un hotel de Evansville, en Indiana; y al darse cuenta que los estaban persiguiendo huyeron apresuradamente, por lo que se generó una persecución, que hizo salir de control la inteligencia emocional de la mujer que al verse atrapada decidió quitarse la vida, disparándose en la cabeza según el informe de la necropsia.
El hombre por su parte fue capturado, y Casey trasladada a un hospital de urgencia, en donde fue imposible salvarle la vida. Sin duda in triste final para una mujer que creyó que el amor lo podía todo.
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