Una mujer llamada Helen Marshall y su ahora esposo, Graeme Richardson, sorprendieron al mundo con su increíble historia que tiene similitud con la de la famosa película 'The Notebook' o 'Diario de una pasión', ya que después de 22 años de haber terminado, la vida los volvió a unir como pareja debido a su amor interminable, según informó Daily Star.
De acuerdo con el medio, la pareja se conoció cuando apenas eran adolescentes, de hecho hasta estuvieron comprometidos. Sin embargo, su familia nunca aprobó la relación, pues después de nueve meses de noviazgo, hace 22 años, Graeme le pidió matrimonio a Helen, con el objetivo de sellar su amor delante de Dios y delante de la ley.
Y aunque la joven en ese entonces aceptó, su familia nunca lo permitió, pues consideraban que estaban muy jóvenes ya que uno tenía 16 y la otra 17 y no habían aún ni terminado el colegio, por lo que no era ni siquiera una posibilidad.
Tiempo después cuando terminaron la secundaria en el mismo colegio, él decidió irse a estudiar a una universidad que quedaba a 80 kilómetros en otra ciudad, y aunque ella lo espero por mucho tiempo y guardó hasta el anillo que él le había dado de compromiso y hasta le escribió un par de cartas, que como en la película nunca llegaron, pasaron los años y él hizo su vida, posteriormente ella también.
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Cada uno tuvo su propia familia. Graeme contrajo nupcias, duró casado 17 años y tuvo dos hijos. Por su parte, Helen también se casó y duró así 16 años, fruto de esta relación nacieron tres hijos.
Por destino o casualidad, no se sabe, ambos terminaron viviendo en la misma ciudad donde había comenzado la romántica historia y tras haberse separado cada uno de su pareja, estuvieron un tiempo solos, hasta que descubrieron que estaban viviendo cerca y Helen decidió enviarle la solicitud de amistad por Facebook. Él, sin duda, aceptó. Allí comenzaron a hablar seguido y volvió a surgir el amor.
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Según contaron, nada cambió. Apenas se reencontraron era como si el tiempo no hubiese pasado, eran los mismos jóvenes que un día estaban locamente enamorados, los que por malos consejos y malas decisiones terminaron separados. Sin embargo, ahora era diferente, pues estaban seguros de que su destino era estar juntos y esta vez ya eran mayores para tomar sus propias decisiones.
Por eso, con el anillo que aún tenía guardado Helen, nuevamente el hombre le pidió matrimonio luego de invitarla a la playa. Días después se casaron y aunque solo tuvieron como invitados a los padres de Helen, por fin sellaron su amor.
“Cuando nos besamos de nuevo por primera vez, solo quería apresurarme de nuevo. Me siento tan orgulloso de tenerla. Como si realmente hubiera logrado algo grande”, dijo Graeme.
Asimismo, agregó: “Helen es la otra mitad de mí. Simplemente se siente como el final correcto. Mis amigos nunca me han conocido como el hombre feliz y contento que soy ahora. Todos están asombrados”.
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Helen por su parte, expresó lo contenta que se siente, pues dijo que ellos siempre fueron una misma alma.
“Nos sentimos muy contentos ahora. Vivimos en la granja familiar en la que vivió cuando éramos niños. Somos la otra mitad el uno del otro. Me siento como en casa. Como si estuviera completa. Él es mi alma gemela y yo soy la suya”, confesó Helen.
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De hecho, la mujer manifestó que después de tanto tiempo, por fin al igual que su ahora esposo se siente feliz.
“Me siento la mujer más afortunada del mundo. Fue tan romántico. Dijo que finalmente se siente feliz y contento consigo mismo. Hemos tenido una vida difícil y nos sentimos muy bien”, puntualizó.
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