Recientemente, sorprendió el caso de un hombre que le pidió el divorcio a su esposa porque no le hacía las labores domésticas de la casa, según informó el diario laRepublica de Italia.
De acuerdo con el juez del caso, Paolo Rizzi, el hombre bajo el argumento de que su mujer no hacía nada en el hogar pretendía separarse.
“Mi mujer no lava, no plancha y no cocina: quiero una separación”, dijo.
Sin embargo, le salió el tiro por la culata, pues no pudo comprobar que dichas tareas domésticas, como lavar, planchar y cocinar, sean responsabilidades acordados por ambos para ella, pues nunca hicieron un contrato cuando se casaron que especificara que la mujer era quien se iba a encargar de hacer los deberes.
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Asimismo, el juez le dejó claro que cuando se casan dos personas, adquieren mutuamente las responsabilidades por mitad, por lo tanto no le podía ceder el divorcio.
“Con el matrimonio, el marido y la mujer adquieren los mismos derechos y asumen los mismos deberes. Del matrimonio deriva la obligación mutua de fidelidad, asistencia moral y material, colaboración en interés de la familia y convivencia. Ambos cónyuges están obligados, cada uno en relación con su propio patrimonio y su capacidad para trabajar profesionalmente o en casa para contribuir a las necesidades de la familia”, dijo el juez.
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Y eso no es todo, el funcionario expresó lo aberrante de la petición, pues para él, basándose en las leyes, eso es sometimiento.
“No es admisible una situación de sometimiento de uno para realizar labores de mero cuidado del orden doméstico, a lo que, además, se requiere también a los niños, con miras a una educación responsable”, puntualizó.