Malakye Brooks es un joven británico que se encontraba de vacaciones en Ibiza, España con un grupo de amigos en una despedida de soltero.
Casualmente su novia también estaba de visita con unas amigas. En una noche de borrachera se encontraron y en medio de la efusividad del momento decidieron meterse a un estudio de tatuajes.
Según el portal Diario Registrado , antes ya habían hablado de algún diseño para hacerse juntos, pero ella le propuso que se hiciera su retrato, pero con las bubis afuera, ¿qué tal?
Él ni corto ni perezoso aceptó, aunque no contaba con que semanas después su novia lo dejaría viendo un chispero, pues lo echó sin motivo alguno.
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Ahora lo que más le duele a Malakye es haber pagado 480 dólares por el tatuaje, por eso no sabe si quitárselo o dejárselo a ver si así aprende la lección.
