La obsesión por un cuerpo perfecto ha llevado a muchas personas a cruzar límites que ponen en riesgo sus vidas. Son muchos los casos en los que, a pesar de sufrir consecuencias graves de salud, continúan en la búsqueda de la belleza extrema.
Un caso reciente que ha llamado la atención es el de Patricia Washington, una mujer que sacó grasa de su abdomen, espalda, brazos y muslos para inyectarla en su cola. El problema es que aún no está contenta con el resultado y médicos expertos advirtieron que si se sigue inyectando más podría morir.
La mujer, quien desea mejorar las imperfecciones que todavía cree que tiene, estuvo en un programa de televisión en el que los cirujanos plásticos Paul Nassif y Terry Dubrow le dijeron que corría un serio peligro.
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“A medida que se pone más y más grasa allí, puede ir a otras áreas, que son las arterias y las venas. Estas venas están conectadas a las venas principales que conducen al pulmón”, explicaron los médicos.
Solo hasta ese momento, la mujer desistió de su idea y agradeció la honestidad de los profesionales en estética corporal.
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Dios míooooo, qué tiene en la cabezaaaaaa??? pic.twitter.com/KzVjcCo0TX
— Qué tal esto (@CorreDile) May 25, 2018
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