Casi desde que aprendemos a escribir nuestros padres y profesores se empeñan en que tengamos ‘letra bonita’, buena caligrafía.
Ahora bien, en el momento en que te falla ‘la letra bonita’, en esas primeras letras, llegan los reproches “hay que conseguir un traductor para que nos diga qué dice aquí”, “qué son estos jeroglíficos”.
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No obstante, un estudio publicado recientemente cambia lo que pensábamos al respecto, esos niños a los que los regañaban por no tener la letra más bonita, por tener ‘letra de médico’, pueden ser los más inteligentes.
El estudio fue publicado por The American Journal of Psychology que reprodujo el diario La Vanguardia, asegura que los que tienen letra fea son más inteligentes que los que tienen la letra impecable.
¿Pero cuál es la razón para asegurar eso? Pues se trata de una función más dinámica del cerebro, un cerebro que anda más rápido. Los resultados del análisis arrojaron que los niños con letra fea, y en general, las personas con letra fea demuestran altísimas habilidades mentales y mayor agilidad, pues es más importante la información que queda en el cerebro que la pulcritud de la caligrafía.
La escritura manual exige una comunión entre el cuerpo y la mente para que todo funcione. No solo se trata de una posición adecuada de los dedos y las manos, sino que los ojos deben seguir con atención lo que hace la mano.
En suma, el estudio señaló que la calidad de la letra siempre se puede mejorar con practica y ejercicios, pero, lo importante es no reprender a los niños por no tener la letra bonita sino entender que precisamente es porque están procesando rápidamente la información.
