La Copa América ha estado repleta de emociones y sorpresas, y el encuentro entre Colombia y Brasil por el liderato del grupo D no fue la excepción. Ambos equipos llegaron con la intención de evitar a Uruguay en los cuartos de final, lo que hizo de este partido uno de los más esperados del torneo. El enfrentamiento cumplió con creces las expectativas, ofreciendo un alto nivel futbolístico y constantes ataques hasta el pitido final del árbitro Valenzuela. Sin embargo, una polémica decisión arbitral ha encendido las redes sociales y los medios de comunicación.
La controversia estalló tras el golazo de Raphinha para Brasil, que desató una reacción inmediata de Colombia en busca del empate. Poco después, un tiro libre ejecutado por James Rodríguez culminó en un cabezazo de Davinson Sánchez, enviando el balón al fondo de la red. La alegría colombiana fue efímera, ya que el juez de línea señaló fuera de juego y el VAR, liderado por un árbitro argentino, confirmó la decisión después de revisar la jugada.
Esta anulación ha sido ampliamente discutida. La transmisión televisiva mostró repeticiones que generaron dudas sobre la validez del fuera de lugar. Inicialmente, se tomó como referencia la pierna de Jhon Córdoba en lugar de la de Davinson Sánchez, lo que alimentó las sospechas de que el gol fue incorrectamente anulado. Aunque la transmisión corrigió este error posteriormente, el daño ya estaba hecho, y la polémica siguió creciendo.
El 3 de julio, la CONMEBOL publicó los audios del VAR, proporcionando una visión detallada del proceso de decisión. En estos audios, se escucha cómo los árbitros, después de una minuciosa revisión y trazado de líneas, concluyen que la posición de Davinson Sánchez era efectivamente fuera de lugar, aunque muy ajustada. La confirmación del fuera de juego por parte del VAR no logró apaciguar la controversia, con muchos aficionados y expertos argumentando que la decisión fue excesivamente rigurosa y que el gol debió haber sido válido.
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La intervención del VAR en este encuentro ha puesto en evidencia las tensiones y desafíos de utilizar tecnología en el arbitraje, especialmente en decisiones tan finas. La Copa América sigue su curso, pero la sombra de esta polémica persistirá, recordando a todos que el fútbol, a pesar de sus avances tecnológicos, sigue siendo un deporte de interpretaciones y emociones intensas.
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