Se iba a casar, pero se desmayó justo cuando vio entrar a su novia al altar

Todo estaba listo para la ceremonia. La iglesia decorada, los invitados en su sitio, la música sonando, y el novio, Gustavo Schmitz, parado frente al altar con los nervios de punta. Pero justo cuando su novia Pamela apareció por la entrada, ocurrió lo impensado: el joven comenzó a tambalearse y terminó desplomado en el suelo.

El momento, que fue grabado por uno de los asistentes, se volvió viral en redes. En el video se ve claramente cuando Gustavo, de 25 años, empieza a perder el equilibrio mientras sostiene la mano de Pamela.

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El pastor, que alcanzó a notar lo que estaba pasando, se lanzó de inmediato para evitar que se golpeara la cabeza.

El hecho sucedió el sábado 7 de junio en el estado de Santa Catarina, en Brasil. Según contó el propio Gustavo, todo fue una mezcla de emociones fuertes, apuro, falta de comida y ansiedad.

“No había comido casi nada en todo el día. Entre los nervios y ver a mi novia así de hermosa, mi cuerpo no aguantó”, le dijo a la cadena brasileña NSC.

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A pesar del susto, la ceremonia continuó minutos después como si nada. Por suerte, entre los invitados estaba un médico amigo de la pareja, que reaccionó de inmediato y revisó al novio en el lugar. Tras estabilizarlo, la boda siguió adelante.

Pamela, su ahora esposa, también compartió cómo vivió ese momento. Ella tenía la mano de Gustavo en la suya cuando él le comentó, en voz baja, que se sentía mal. Pero pensó que estaba bromeando, ya que él suele hacer chistes incluso en los momentos más serios.

“No le creí. Siempre hace ese tipo de bromas. Hasta que de repente lo vi caer”, contó la joven de 23 años.

En las imágenes se puede ver claramente el instante en que Gustavo empieza a irse hacia atrás mientras el pastor intenta sujetarlo antes de que toque el suelo. Enseguida, varios invitados se levantaron de sus asientos y corrieron a ayudar. Todo ocurrió en segundos.

Aunque el video ya le dio la vuelta a internet, la pareja se lo tomó con humor después de que todo saliera bien. Gustavo reconoció que, a pesar del desmayo, fue uno de los días más importantes de su vida y no lo cambiaría por nada.