La millonada que pagaron a una mamá por venta de su hija de 6 años; la niña no aparece

El caso de Joshlin Smith, una niña de tan solo seis años desaparecida desde febrero de 2024, estremece a Sudáfrica desatando debate sobre la seguridad infantil y la trata de personas. Este caso recuerda al de la pequeña Sara Sofía Galván quien desapareció bajo el cuidado de su mamá y hasta el momento se desconoce su paradero.

La mamá de la pequeña Joshlin, Racquel Smith, fue sentenciada este 29 de mayo a cadena perpetua por haberla vendido a un sanador tradicional a cambio de aproximadamente 1.000 euros. Aunque la justicia ha emitido su veredicto, la niña continúa desaparecida.

El caso se desarrolló en Saldanha Bay, una localidad pesquera al norte de Ciudad del Cabo. Durante semanas, la imagen de Joshlin inundó las redes sociales y los medios de comunicación, mientras la comunidad, sin sospechar lo que realmente había sucedido, participaba activamente en su búsqueda.

En ese momento, Racquel Smith se presentó como una madre desesperada, lo que generó gran empatía por parte de la opinión pública.

Sin embargo, las investigaciones dieron un giro de 180 grados. Las autoridades descubrieron que Smith había entregado a su hija por 20.000 rands, una cifra equivalente a 1.000 euros, presuntamente a un curandero que habría mostrado interés en las características físicas de la menor.

Junto a ella fueron condenados su pareja y un amigo cercano, quienes según las autoridades también participaron en el delito. Los tres fueron sentenciados a cadena perpetua por tráfico de personas y a diez años adicionales por secuestro.

Durante el juicio, varios testigos relataron que Racquel había hablado desde el año 2023 sobre su intención de "entregar" a la niña. Uno de ellos fue un pastor local, quien aseguró que la mujer mencionó que buscaba dinero a cambio de su hija.

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Estas declaraciones, sumadas a las pruebas recolectadas, permitieron al juez Nathan Erasmus emitir una sentencia contundente.

En la audiencia, el juez fue tajante al señalar que no encontró ningún indicio de arrepentimiento en Smith, calificándola como manipuladora y fría.

“No hallé ninguna razón para imponer una pena inferior a la más severa posible”, sentenció. La sala del tribunal recibió con aplausos la decisión, mientras la abuela de Joshlin, vestida con una camiseta con el rostro de su nieta, observaba conmovida.

Las autoridades continúan con la búsqueda de la niña, extendiendo sus esfuerzos incluso fuera del territorio sudafricano. A pesar de la condena, la gran incógnita sigue siendo el destino de Joshlin.

Su desaparición se ha convertido en un símbolo del aumento de casos de secuestro infantil en Sudáfrica, donde la trata con fines rituales o supersticiosos aún persiste en algunas zonas del país.