Descubren secreto que se llevó a la tumba hija de pastores evangélicos; estaba en su celular

El pasado 29 de diciembre, el municipio de Aguachica, en el departamento del Cesar, fue escenario de una tragedia que conmocionó a la comunidad. A plena luz del día, dos sicarios irrumpieron en un restaurante y, sin mediar palabra, dispararon contra una mesa donde se encontraba la familia Lora-Rincón.

El pastor evangélico Marlon Lora, su esposa Yurlay Rincón, y sus hijos Ángela Natalia y Santiago fueron las víctimas de este violento ataque , que dejó a la región en shock.

A las 12:14 p. m., el restaurante en pleno centro de Aguachica fue el escenario de una tragedia que cambiaría la vida de muchos. Según reportes oficiales, los sicarios llegaron en moto y, sin ningún tipo de advertencia, uno de ellos entró al establecimiento y comenzó a disparar. El saldo fue devastador: tres muertos y un niño gravemente herido.

Lo que parecía ser un crimen más en una región marcada por la violencia, rápidamente se convirtió en un caso lleno de misterios cuando se revelaron detalles sobre las amenazas previas que la hija de los pastores, Ángela Natalia, había recibido semanas antes del ataque.

Según informó el medio El Tiempo, la joven había sido víctima de extorsiones desde agosto , las cuales se intensificaron en noviembre. Estas amenazas , que provenían de un número desconocido, incluían información específica sobre sus actividades laborales, políticas y familiares, lo que generó un clima de miedo en la víctima.

Nilson Hernández, primo de Ángela , aseguró que la joven había expresado su temor por las constantes amenazas. "Ella temía por su vida, nos decía que algo no estaba bien, pero nunca imaginamos que terminaría de esta forma", comentó el personero de Aguachica.

Los investigadores, provenientes de Bogotá, han comenzado un análisis exhaustivo de los celulares de las víctimas, con la esperanza de encontrar mensajes de texto, grabaciones de voz y registros de llamadas que puedan arrojar luz sobre los responsables del asesinato.

El número de la tarjeta SIM utilizada en las amenazas será sometido a un cotejo con otros casos bajo investigación, lo que podría resultar crucial para desmantelar la red de extorsionadores detrás del crimen.

Este hallazgo ha despertado una ola de especulaciones sobre las razones detrás del ataque, que aún sigue sin resolverse. Aunque el móvil del crimen no está claro, la hipótesis de que se trató de un ajuste de cuentas o una retaliación por las amenazas persiste en el aire.

La comunidad de Aguachica sigue expectante , esperando que la justicia se haga presente y se esclarezca este oscuro capítulo en la vida de una familia marcada por la fe.

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