Este espacio, que en su momento funcionó como institución educativa y posteriormente como parqueadero, ahora se prepara para renacer bajo un concepto totalmente distinto.
La comunidad del barrio Chapinero, en Bogotá, ha recibido con sorpresa la noticia de que el antiguo colegio Nuestra Señora de Chiquinquirá, ubicado en la calle 63 #15-70, será convertido en una de las discotecas más grandes y ambiciosas de la ciudad, según informó Alerta Bogotá.
La primera fase del proyecto contempla la adecuación de 4.000 metros cuadrados , distribuidos en cinco pisos con diferentes ambientes musicale s, una sala de conciertos y una galería multimedia.
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Para esta remodelación, se han utilizado más de 200 toneladas de materiales reciclados, con una inversión superior a los 6.000 millones de pesos.
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Uno de los espacios más innovadores de Kínder será Cráter, un venue que fusionará música electrónica con proyecciones de arte y cine. Jorge Pizarro, director musical del proyecto, destacó en entrevista con
Cambio la importancia de reutilizar estructuras con historia: “Nos encanta aprovechar estructuras que antes fueron otra cosa. E n Kínder, el auditorio del colegio tendrá una nueva vida como sala de conciertos con capacidad para más de 1.500 personas”, indicó.
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El nuevo establecimiento, denominado Kínder, es un proyecto de los mismos creadores de Ghetto Bar, un icónico bar demolido por la construcción del Metro de Bogotá.
Este club nocturno aspira a convertirse en un epicentro de la cultura y el entretenimiento en la ciudad, con una propuesta innovadora en la escena nocturna.
El arquitecto y director creativo del proyecto, Felipe Rodríguez, explicó en entrevista con 'Cambio' que la iniciativa responde a una necesidad latente en la capital: “Los bogotanos necesitan salir a llorar y lamentar sus miserias en la noche, por eso la escena nocturna de esta ciudad es tan poderosa y profunda”, señaló.
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La llegada de Kínder a Chapinero no solo cambiará la oferta nocturna de Bogotá, s ino que también representará un impacto económico significativo.
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Se estima que el club generará al menos 350 empleos directos , el doble de los que en su momento creó Ghetto Bar.
Además, el espacio busca ser más que una discoteca: integrará elementos de arte, moda y teatro, con una programación cultural alternativa antes de la apertura de las pistas de baile.
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Mientras algunos habitantes de Chapinero ven con buenos ojos la renovación de este icónico edificio, otros muestran escepticismo ante los cambios que podrían traer a la zona. Sin embargo, la expectativa es alta y Kínder tiene previsto abrir sus puertas a finales de julio.
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