Silvestre Dangond, orgulloso por el humilde trabajo de su hijo

Silvestre Dangond es uno de los artistas vallenatos más importantes del país, cosechando canciones icónicas y dándole fuerza ala nueva era de este género en Colombia, visto por muchos como el heredero del 'Cacique de la Junta', con quien compartió escenarios.Luego de darle un rumbo diferente a su música, con ritmos nuevos y artista del género urbano como Nicky Jam, Silvestre pasó a hacer parte de varios jurados en programas de televisión, para darle más amplitud a su carrera sin descuidar la música. Pero hoy en día está tomándose un respiro para volver con mucha más energía.El cantante vive en Estados Unidos, en compañía de su esposa y sus hijos, como empresario, manejando sus negocios, ya que cabe resaltar que el cafetero tiene una empresa de renta de vehículos en Miami y un restaurante del cual es socio con el salsero Gilberto Santa Rosa.Pero lo que ha llamado la atención en los últimos días, es una publicación del urumitero, quien en su cuenta oficial de Instagram subió una foto muy contento, mostrando a uno de sus hijos en su trabajo, un puesto de comidas rápidas, lo que ha llenado de orgullo al cantante y a su familia.Teniendo en cuenta que a su heredero no le hace falta ese tipo de trabajos ni de decisiones, pero la disposición de hacer algo propio y para él, tiene más que contento a Dangond, quien sobre todo ha mostrado ser un gran padre dando ejemplo a sus hijos.“Un papá emocionado… ¡Cuando se tiene disposición se llega lejos! Vamos hijo @luis1011_ camina, camina, que caminando es como uno conoce lo que brinda la vida!”, escribió el cantante en la publicación.Estas fueron algunas reacciones de sus seguidores: “Esta es la verdadera diferencia entre una mentalidad pobre y una rica, y ojo, que no se trata de dinero”, “Qué hermoso. El mejor legado que le puedes dejar a tus hijos, es saber sobrevivir y ganarse las cosas por uno mismo”, “Con esa educación, amor y tu ejemplo serán siempre unos triunfadores.”Te puede interesar: En La Kalle reconocemos a los kallejeros de buen corazón