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Día de Velitas: oración que se hace a la Virgen de la Inmaculada Concepción

Esta fecha de Día de Velitas es aprovechada por miles de católicos para prender luz y elevar oraciones a la Virgen pidiendo favores especiales.

Día de velitas en homenaje a la Virgen y como inicio de la Navidad
Día de velitas en homenaje a la Virgen y como inicio de la Navidad
/ FOTO: Getty Images

La noche del 7 de diciembre y 8 de diciembre suele alumbrarse a laluz de velas y faroles que miles de personas encienden con un objetivo navideño y otro religioso.

En cuanto al objetivo navideño las personas y familias suelen reunirse el 7 de diciembre como una fecha tradicional para dar inicio a la Navidad con encendido de velitas, faroles y hasta fiestas, aprovechando que el 8 de diciembre es festivo.

Pero esta fecha también tiene un significado valioso para la comunidad católica que conmemora el 8 de diciembre el Día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, también conocido como la Purísima Concepción, la cual los creyentes enaltecen encendiendo velas y sirios desde la noche anterior (7 de diciembre) para elevar oraciones con peticiones especiales a la Virgen.

Cabe recordar que este dogma fue proclamado por el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, que conmemoró la pura y especial concepción del Niño Jesús en el vientre de María.

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Oración para la Virgen de la Inmaculada Concepción

Por eso, en medio de la tradición de prender velas, los católicos buscan para esta fecha oraciones especiales para rezar a la Virgen de la Inmaculada Concepción las cuales realizan mientras le prenden velas con peticiones especiales. A continuación de te dejamos algunas de la oraciones.

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Oración a la Inmaculada Concepción

Una vez más estamos aquí para rendirte homenaje a los pies de esta columna, desde la cual tú velas con amor sobre Roma y sobre el mundo entero.

Desde que, hace ya ciento cincuenta años, el beato Pío IX proclamó, como verdad de la fe católica, tu preservación de toda mancha de pecado, en previsión de la muerte y resurrección de tu hijo Jesucristo.

¡Virgen Inmaculada! Tu intacta belleza espiritual es para nosotros una fuente viva de confianza y de esperanza. Tenerte como madre, Virgen Santa, nos reafirma en el camino de la vida como prenda de eterna salvación. Por eso a ti, oh María, confiadamente recurrimos.

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Ayúdanos a construir un mundo donde la vida del hombre sea siempre amada y defendida, toda forma de violencia rechazada, la paz buscada tenazmente por todos. ¡Virgen Inmaculada! En este año de la eucaristía concédenos celebrar y adorar con fe renovada y ardiente amor el santo misterio del Cuerpo y Sangre de Cristo.

En tu escuela, oh mujer eucarística, enséñanos a hacer memoria de las maravillosas obras que Dios no cesa de realizar en el corazón de los hombres. Con premura materna, Virgen María, guía siempre nuestros pasos por los senderos del bien. Amén.

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Oración a la Inmaculada Concepción - Papa Francisco

Virgen santa e inmaculada,
a ti, que eres el orgullo de nuestro pueblo
y el amparo maternal de nuestra ciudad,
nos acogemos con confianza y amor.

Eres toda belleza, María.
En ti no hay mancha de pecado.
Renueva en nosotros el deseo de ser santos:
que en nuestras palabras resplandezca la verdad,
que nuestras obras sean un canto a la caridad,
que en nuestro cuerpo y en nuestro corazón brillen la pureza y la castidad,
que en nuestra vida se refleje el esplendor del evangelio.

Eres toda belleza, María.
En ti se hizo carne la palabra de Dios.
Ayúdanos a estar siempre atentos a la voz del Señor:
que no seamos sordos al grito de los pobres,
que el sufrimiento de los enfermos y de los oprimidos no nos encuentre distraídos,
que la soledad de los ancianos y la indefensión de los niños no nos dejen
indiferentes, que amemos y respetemos siempre la vida humana.

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Eres toda belleza, María.
En ti vemos la alegría completa de la vida dichosa con Dios.
Haz que nunca perdamos el rumbo en este mundo:
que la luz de la fe ilumine nuestra vida,
que la fuerza consoladora de la esperanza dirija nuestros pasos,
que el ardor entusiasta del amor inflame nuestro corazón,
que nuestros ojos estén fijos en el Señor, fuente de la verdadera alegría.

Eres toda belleza, María.
Escucha nuestra oración, atiende a nuestra súplica:
que el amor misericordioso de Dios en Jesús nos seduzca,
que la belleza divina nos salve, a nosotros, a nuestra ciudad y al mundo entero.
Amén.

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Oración a la Inmaculada Concepción - San Vicente Pallotti

Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.

A vos, oh Virgen santísima, lo entrego, en presencia de los nueve coros de los ángeles y de todos los santos; vos, en mi nombre, consagradlo a Jesús; y por la filial confianza que os tengo, estoy seguro de que haréis ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús, imitando perfectamente a los santos, especialmente a San José, vuestro purísimo esposo. Amén.

Oración a la Inmaculada Concepción - hermana Mary Ephrem

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Oh madre Inmaculada, reina de nuestro país, abre nuestros corazones, nuestros hogares y nuestra tierra a la venida de Jesús, tu divino hijo. Con él, reina sobre nosotros, oh señora celestial, tan pura y tan brillante con el resplandor de la luz de Dios brillando dentro y alrededor de ti.

Lidéranos contra los poderes del mal puestos en arrebatar el mundo de las almas, redimidos a tan gran costo por los sufrimientos de tu Hijo y de ti misma, en unión con él, de ese mismo Salvador, que nos ama con infinita caridad.

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Nos reunimos en torno a ti, casta y santa madre, Virgen Inmaculada, patrona de nuestra amada Tierra, decidida a luchar bajo tu estandarte de santa pureza contra la maldad que haría de todo el mundo un abismo de maldad, sin Dios y sin tu amado maternal cuidado.

Consagramos nuestros corazones, nuestros hogares, nuestra Tierra a tu purísimo Corazón, oh gran Reina, para que el reino de tu hijo, nuestro redentor y nuestro Dios, se establezca firmemente en nosotros.

No te pedimos ningún signo especial, dulce madre, porque creemos en tu gran amor por nosotros y depositamos en ti toda nuestra confianza. Prometemos honrarlo por la fe, el amor y la pureza de nuestras vidas de acuerdo con tu deseo.

Reina, pues, sobre nosotros, Virgen Inmaculada, con tu Hijo Jesucristo. Que su divino corazón y tu casto corazón sean siempre entronizados y glorificados entre nosotros.

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Usa tus hijos de América como tus instrumentos de paz entre los hombres y naciones. Obra tus milagros de gracia en nosotros para que seamos gloria de la Santísima Trinidad, que nos creó, redimió y santificó.

Que tu valiente esposo, San José, con los santos ángeles y santos te ayuda y a nosotros a “renovar la faz de la tierra”. Luego, cuando nuestro trabajo haya terminado, ven, Santa Madre Inmaculada, y como nuestra reina victoriosa, condúcenos al reino eterno, donde tu hijo reina por siempre como Rey.

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