Un lamentable accidente por poco acaba con la vida de una joven colombiana radicada en Estados Unidos y quien fue atacada por sus propios perros de raza american bully XL.
Se trata de María Paula Peña Contreras, nacida en Bucaramanga y quien hace siete años viajó a Estados Unidos a cumplir sus sueños donde comenzó a trabajar y vivía acompañada por sus dos perros a quienes cuidaba como hijos.
Sin embargo, inesperadamente, la vida de la joven dio un giro dramático el pasado 24 de junio cuando fue atacada por sus mascotas que no lograron acabarle la vida gracias a la intervención de policías que tuvieron que sacrificarlas.
En medio del ataque la joven sufrió desgarros y pérdida considerable de sangre por lo que tuvo que ser trasladada de urgencia al Hospital John Muir Health en California, donde los médicos no daban mayores esperanzas ya que su estado era crítico.
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Y tras 17 días de lucha la joven logró recuperarse de las profundas lesiones y reunirse con sus papás quienes lograron viajar desde Colombia gracias a una visa humanitaria para que pudieran atender la delicada situación de María Paula.
Joven narra cómo fue atacada por sus perros
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Tras poder volver a hablar y estar un poco mejor de salud María Paula Peña agradeció el apoyo de personasen redes sociales y medios de comunicación que intervinieron difundiendo su historia para que sus progenitores pudieran viajar y estar con ella.
En entrevistas que ha concedido a varios medios la joven revivió el doloroso episodio que cambió y marcó su vida para siempre; pues tuvo que dar la orden de sacrificar a sus mascotas al ser vilmente atacada por ellas.
Y aunque su vida estuvo en riesgo, María Paula aún habla con tristeza de este episodio y dice tener sentimientos encontrados porque "los consideraba mis bebés, porque ellos eran mi todo, eran mi única compañía".
Narró que el ataque se desató en un momento en que ella salió de casa a tirar la basura "y vi que mi ragnarcito me siguió, entonces al ir hacia la basura yo me escondí como en una esquina".
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María Paula trata de contener las lágrimas al recordar el episodio del que asegura que inició con un juego: "No sé por qué a mí se me dio la idea de jugar así en ese momento".
Luego de sostener el llanto recuerda que su perro comenzó a buscarla con angustia: "Yo me cubro pero se que él me está buscando por que va y viene como dos veces".
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Agrega que en el tercer intento de su perro por buscarla ella decidió sorprenderlo apretándole una pata y asustándolo, algo que no fue bien tomado por el animal que, al parecer, ya estaba alterado y confundido al no encontrarla.
"Mis bebés se sintieron atacados"
"Yo nunca había hecho eso con él y por eso tal vez lo tomó a que yo lo estaba atacando y se asustó, yo lo pude ver en su mirada", expresa Paula en medio de la nostalgia mientras recuerda que el perro le saltó encima ante lo que ella le gritó.
Pero ese grito alertó a la hembra, también de raza american bully XL, que reaccionó en defensa de su compañero y saltando sobre la joven quien en dos oportunidades logró apartar a la mascota a empujones; sin embargo, en una tercera oportunidad la mascota logró agarrarle un brazo. "En su cara vi que ella sintió que yo la estaba atacando y es ahí cuando se me engancha y comienza a morderme".
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La joven insiste en que sus perros reaccionaron en respuesta a su instinto a animal en el que el uno asumió que el otro estaba siendo atacado por la mujer: "Mi otro bebecito estaba lejos, pero al ver el ataque y como eran tan unidos él también me engancha del otro brazo".
En medio de su relato narra que durante los primeros momentos no pensó en policía o que su vida estaba en riesgo hasta que sintió que la perra le agarró un seno y se lo iba a desgarrar.
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"Comienzo a tener dificultad para respirar y es cuando me tiro al piso y me agarran como un matachito. En ese momento comencé a gritar pidiendo ayuda a los vecinos que comenzaron a hacer ruidos para distraerlos", relata la joven que ahí los perros se fueron hacia los vecinos.
Pidió que le dispararan a sus perros
Por último María Paula recuerda que al llegar la policía ella seguía tirada en el suelo boca a abajo por que sentía que si se movía o ponía resistencia la atacarían de nuevo; sin embargo las autoridades le expresaron que no podían entrar y que debía salir ella pero al arrastrarse la perra volvió y se dirigió hacia ella.
"Yo me arrastré con las manos pero ya no tenía fuerzas y es cuando mi perrita se acerca a mi cuello y ahí sentí que me estaba muriendo", expresa entre lágrimas.
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Recuerda que al sentir que nuevamente iba a ser atacada le gritó a los policías: "Dispárenle por favor, ya no puedo hacer nada".
Los policías abrieron fuego y sacrificaron a ambos perros ante la mirada de la joven quien dice que sintió dolor por sus muertes y que antes de caer inconsciente pensó: "Aquí es mi día, me voy con mis bebés".
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