La muerte de Fabiola Posada, conocida como La Gorda Fabiola, impactó profundamente a todo el país. La humorista, quien fue una figura emblemática del programa Sábados Felices, falleció el pasado 19 de septiembre, generando gran conmoción entre sus seguidores.
Sin embargo, las verdaderas causas de su fallecimiento fueron esclarecidas días después, cuando su hijo, Juan Sebastián Valencia, reveló detalles que hasta entonces habían permanecido desconocidos.
Publicidad
Contrario a lo que muchos pensaban, la muerte de la también actriz no fue provocada por una falla cardíaca, ni por su condición de diabética, una enfermedad con la que había convivido por años.
Publicidad
Según explicó Juan Sebastián en una entrevista con Mr. Per Latinoamérica, la causa del deceso de su madre fue una bacteria que afectó su salud de manera fulminante.
“Para todos, la muerte de mi madre fue una sorpresa. Nadie se lo esperaba. Ella estaba muy bien, y fíjense que no la mató el corazón, no la mató la diabetes, la mató una bacteria. Por eso se la llevó tan rápido y nos tomó a todos por sorpresa”, comentó el hijo de la fallecida humorista.
Polilla revela que La Gorda Fabiola, lo visita
Por otro lado, su esposo, el también humorista Nelson Polanía, conocido como ‘Polilla’, habló públicamente sobre el dolor que ha significado la partida de su esposa y cómo ha afrontado este difícil momento.
Publicidad
A través de sus redes sociales, compartió su decisión de regresar al trabajo tras dos semanas de luto. En un mensaje emotivo, comentó lo complicado que ha sido retomar su rutina laboral, especialmente cuando su trabajo es hacer reír a los demás.
“Es raro transformar la pena en una carcajada, no es fácil por las emociones que trae lo que hacemos”, expresó Polilla, quien recientemente volvió a su labor en el programa radial La Luciérnaga de Caracol Radio.
Publicidad
En medio de este proceso de duelo, la familia también ha vivido momentos que consideran como señales de la presencia de Fabiola. Uno de los relatos que más llamó la atención fue el de un bonsái que le habían regalado a la humorista pocos días antes de su fallecimiento.
Según contó Polilla, el día de su muerte, todas las hojas del bonsái se cayeron de manera inesperada, dejando solo el tallo. Para ellos, esto fue una señal clara de que Fabiola aún se hacía presente de alguna manera.
A este hecho se sumó un episodio que involucró a la mascota de la familia, Natilla, una perrita que adoptaron y que ahora vive con el hijo de Fabiola, Nelson David. Durante el novenario, Natilla tuvo un comportamiento inusual que muchos en la familia interpretaron como una manifestación más de la presencia de Fabiola.
Mientras se realizaban los rezos, la perrita siguió con la mirada algo invisible, como si estuviera observando una figura que solo ella podía ver.
Publicidad
"Estábamos terminando los rezos y mi perrita estaba acostada en el sofá. De un momento a otro, ella se paró, miró hacia la puerta y siguió con la mirada algo hasta que se fue al pasillo del apartamento. Ella vio algo porque lo siguió con la mirada. Yo lo estaba viendo y me entró un frío impresionante en el cuerpo", contó Polilla a Caracol Radio.
Puedes ver | Repudio en redes contra 'Culotauro' por comentario sobre la Gorda Fabiola
Publicidad
Únete a nuestro canal de Whatsapp para tener de primera mano el mejor contenido de entretenimiento y música
Sigue a La Kalle en Google y entérate de lo mejor de la música