Nickollas nació prematuro en la región metropolitana de Sao Paulo, después de solo 5 meses de gestación, y fue adoptado por Silvia Grecco cuando tenía 9 meses. Doce años más tarde, la devoción de Grecco por su hijo , que padece ceguera y autismo leve, ha dado la vuelta al mundo desde que la mujer ganase el premio de la FIFA como la mejor aficionada del planeta.
"Con el galardón, me di cuenta de cómo las personas discapacitadas son invisibles", contó a EFE.
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Grecco, de 57 años, recibió a finales de septiembre en el Teatro La Scala de Milán el galardón "The Best" de la FIFA por narrar cada partido del club paulista Palmeiras a Nickollas. Un ritual que madre e hijo realizan semana tras semana desde 2012 y que ahora ha conmovido a hinchas, jugadores y decenas de miles de personas alrededor del globo.
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"Durante siete años yo estuve en el mismo lugar en el estadio, haciendo la narración, y hasta entonces nadie había reparado en nosotros", afirmó la brasileña, quien trabaja en la alcaldía de Mauá, en las afueras de Sao Paulo.
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Un equipo de EFE acompañó a madre e hijo durante el partido liguero del pasado fin de semana entre el Palmeiras y el Atlético Mineiro, que acabó en tablas (1-1).
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"¡Venga Nickollas!, ¡Fuerza! o ¡Gran mamá, enhorabuena!" son algunos de los halagos de los aficionados, ya sean del Palmeiras, de la hinchada visitante o incluso de los peatones que circulan por las aceras.
" Es difícil, tenemos que ir descubriendo poco a poco lo que les deja a los niños con discapacidad felices. Cuando me enteré que el estadio es un lugar donde él se siente bien, decidí que vendría siempre", sostuvo Grecco.
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Mucho más que simplemente la narración de un partido, esos 90 minutos se tratan de un momento único compartido entre madre e hijo , donde se ríen juntos, intercambian frustraciones y hasta maldicen el rumbo del juego en los momentos de mayor tensión.
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Por su autismo, Nickollas tiene dificultades para construir frases completas, pero no encuentra problemas para responder sucintamente a lo que se le cuestiona. Antes del puntapié de salida, el pequeño vaticinó una victoria de 2-0 por el club de sus amores que acabó por no cumplirse -terminó con un empate a un gol-.
Pero, además del fútbol, el hincha del Palmeiras, cuyo ídolo es el extremo Dudú, cultiva también la pasión por la música y por el teatro. Así, madre e hijo son figuras habituales en conciertos y ya acudieron en diversas ocasiones a festivales como el Rock in Rio de Río de Janeiro o el Lollapalooza de Sao Paulo.
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