José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y figura emblemática de la política latinoamericana, murió este martes a los 89 años, víctima de un cáncer de esófago que había deteriorado notablemente su salud en los últimos meses.
Sin embargo, a pesar del debilitamiento físico, Mujica mantuvo hasta el final su compromiso con las causas sociales. Prueba de ello es el último video que se le conoció en vida, publicado el 11 de abril en su cuenta de Instagram.
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Último Video de Pepe Mujica con vida
En ese registro audiovisual, el “presidente más pobre del mundo” -como lo llamaban por su estilo de vida austero y alejado de los lujos- envió un mensaje de apoyo a Luisa González, candidata a la presidencia de Ecuador.
Su voz, casi inaudible por el deterioro de su salud debido al cáncer, reflejaba no solo el desgaste de su cuerpo, sino también la fuerza de sus convicciones. En él, Mujica apelaba al compromiso y al amor por el pueblo, un discurso coherente con toda su trayectoria.
“Espero que te hagas con el compromiso y con el triunfo... no esperes que los grandes dioses te acompañen, espera que tu pueblo se comprometa con un paso adelante”, decía Mujica con esfuerzo, mientras cada palabra requería una evidente dosis de energía.
A pesar de su estado, no dejó de mirar con esperanza a los pueblos de América Latina, ni de respaldar a quienes luchan por mejorar las condiciones de vida en la región.
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Con su característica calidez y visión crítica, también agregó: “El pueblo de Ecuador merece un descanso, por lo mucho que ha sufrido”. Al final del mensaje, concluyó con una frase que ahora resuena con fuerza: “Si me queda algo de vida, por siempre. Un abrazo”.
¿Quién era Pepe Mujica?
Pepe Mujica fue electo presidente de Uruguay para el período 2010-2015. Durante su mandato impulsó políticas progresistas que llamaron la atención a nivel mundial, como la legalización del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y la regulación del mercado del cannabis. Todo esto lo convirtió en un referente de la izquierda moderna.
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Pero lo que más sorprendió al mundo fue su estilo de vida: vivía en una pequeña chacra en las afueras de Montevideo, conducía un viejo Volkswagen escarabajo y donaba gran parte de su salario como presidente.
Su filosofía anticonsumista lo hizo merecedor del apodo de “el presidente más pobre del mundo”, aunque él siempre aclaró que pobre no era quien tenía poco, sino quien necesitaba mucho para ser feliz.
Mujica falleció en su querida granja, donde compartió los últimos años junto a su esposa Lucía Topolansky. Cumpliendo su voluntad, sus restos serán cremados y las cenizas permanecerán allí, junto a su recordada perra Manuela, símbolo de su estilo de vida sencillo y cercano al pueblo.
El actual presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, confirmó la noticia de su fallecimiento con un mensaje sentido en redes sociales: “Te vamos a extrañar mucho, viejo querido”.
El último video de Mujica no solo fue una despedida involuntaria, sino también un testamento de principios. En él, a pesar de que su voz apenas se entendía, su mensaje llegó más claro que nunca: la política debe ser un acto de servicio, no de ambición. Un legado que América Latina difícilmente olvidará.
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