Es común que durante una tormenta o un aguacero, las luces de nuestra casa se apaguen de repente, dejándonos a oscuras. Esta situación, aunque molesta, tiene explicaciones técnicas que ayudan a comprender por qué ocurre. La combinación de agua, viento y relámpagos crea un escenario propicio para que se produzcan cortes de energía.
Primero, el agua y la electricidad no se llevan bien. El agua de la lluvia puede infiltrarse en los equipos eléctricos y en las líneas de transmisión, causando cortocircuitos. Un cortocircuito ocurre cuando la corriente eléctrica toma un camino no previsto, generalmente a través de un conductor que no está diseñado para manejar esa cantidad de electricidad.
Esto puede dañar equipos y crear un riesgo de incendio. Los sistemas de protección de las redes eléctricas, como los fusibles y los interruptores automáticos, se activan para cortar el suministro y evitar daños mayores, lo que resulta en un apagón.
Además, la lluvia suele venir acompañada de fuertes vientos, que pueden derribar árboles y ramas sobre las líneas eléctricas. Estos impactos pueden dañar los cables, romper los postes de luz y provocar interrupciones en el suministro. Los técnicos deben acudir al lugar para reparar el daño, lo que puede llevar tiempo dependiendo de la gravedad de la situación y de las condiciones meteorológicas.
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Otro factor son los rayos. Cuando un rayo cae cerca de una línea de transmisión, la gran cantidad de energía liberada puede inducir corrientes en los cables eléctricos, sobrecargando los sistemas y provocando fallos. Las subestaciones eléctricas y los transformadores pueden resultar dañados por estas descargas, lo que interrumpe el flujo de electricidad. Las empresas de energía instalan pararrayos y sistemas de protección contra sobretensiones, pero estos no siempre pueden evitar que todos los rayos causen problemas.
También es importante considerar el drenaje y el sistema de alcantarillado en las ciudades. En lugares donde el drenaje no es adecuado, el agua puede acumularse rápidamente durante una tormenta intensa. Esta acumulación puede inundar subestaciones eléctricas y otros equipos esenciales para la distribución de energía, resultando en apagones prolongados hasta que el agua se retire y las reparaciones puedan llevarse a cabo.
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¿Qué hace Enel Colombia cuando se va la luz por las lluvias?
En el caso de Bogotá, Enel Colombia ha implementado varias acciones para mitigar fallas y atender emergencias durante la ola invernal. Los proyectos de ingeniería incluyen la creación de nuevas subestaciones, circuitos de media tensión y suplencias. Estos proyectos ayudan a disminuir el riesgo de fallas o a reducir el impacto de las mismas.
Además, se realizan mantenimientos eléctricos y podas. Estas intervenciones en la red buscan eliminar fallas potenciales. Como el 30% de las afectaciones eléctricas son causadas por árboles, se cortan ramas para evitar que caigan con los fuertes vientos y entren en contacto con la red eléctrica.
El mantenimiento correctivo es otro proceso clave, ya que permite restablecer el servicio de forma ágil, reduciendo el tiempo que los clientes pasan sin energía. Este plan de acción es parte de la cultura de prevención de Enel, que garantiza la confiabilidad del sistema eléctrico y se complementa con proyectos como el telecontrol y automatismo de la red, el despliegue de fibra óptica y el uso de tecnología satelital en lugares remotos.
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