Lo único que necesitas para empezar a aplicar el Kakebo en tú vida es una libreta, algo con qué escribir, constancia y voluntad.
Al principio, puede que te cueste un poco anotar cada gasto, pero ten por seguro que te costará más no hacerlo. Según los expertos, en la organización de la libreta reside el éxito del método.
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Lo primero es anotar todos tus gastos diarios o semanales según prefieras y te sea más útil. En este punto es necesario categorizar, en principio, ingresos: salario, rentas o pensiones, después, gastos esenciales: vivienda, transporte, comida, servicios públicos y salud. Y en tercer lugar tendrás que categorizar el ocio: restaurantes, compras, fiesta, gimnasio, etc. Por último, extras: regalos, reparaciones, viajes e improvistos.
Puedes agregar todas las categorías que quieras dependiendo de tus necesidades y diferenciarlas con colores. Ahora sí, a fin de mes hay que restar gastos a ingresos ¡Fácil! Pero esto no es todo, pues el kakebo no se trata solo de controlar lo que gastas sino de aprender a mejorar tus finanzas.
Ahora bien, la filosofía fundamental del kakebo consiste en hacer énfasis en los gastos imprescindibles y dejar ir aquellos que no lo son. En este punto es preciso hacer la evaluación: cuánto, cómo y en qué has gastado tu dinero y para eso hay cuatro preguntas clave:
¿Cuánto dinero has podido ahorrar?
¿Cuánto dinero te hubiera gustado ahorrar?
¿Cuánto dinero estás gastando realmente?
¿Qué cambio puedes hacer el próximo mes para lograrlo?
Actualmente hay un sin número de aplicaciones para manejar finanzas personales, sin embargo, la ventaja del Kakebo es que, al exigir escritura manual, genera un nivel de consciencia más alto, prácticamente te obliga a pensar cuáles son tus metas de ahorro y por ende es más efectivo. Según expertos, este método puede salvar hasta el 35% de tus ingresos.
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