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¡Increíble, pero cierto! Las ratas son capaces de aprender a CONDUCIR por comida

Según estudio de la Universidad de Richtmond, sus cerebros son más flexibles de lo que se creía y se desenvuelven bien en ambientes con objetos con los que pueden interactuar.

19216_Ratones aprenden a conducir por comida - Foto Getty Images
¡Increíble, pero cierto! Las ratas son capaces de aprender a CONDUCIR por comida
Ratones aprenden a conducir por comida - Foto Getty Images

Hay muchas cosas que las ratas pueden hacer, ya existe un estudio que nos mostró que saben jugar al escondite con humanos y ahora un equipo científico ha presentado a unos roedores que son capaces de conducir un vehículo hecho a su medida y lo hacen para obtener comida.

 

Esta nueva habilidad sugiere que sus cerebros son más flexibles de lo que se creía y señalan las bondades de estar en un ambiente con objetos con los que se puede interactuar , "lo que lleva a una mayor flexibilidad conductual y neuroplasticidad", según la profesora de psicología en la Universidad de Richtmond (EE.UU.) Kelly Lambert.

 

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Las ratas que estaban en un "ambiente complejo enriquecido, por ejemplo con objetos interesantes para interactuar, aprendieron a conducir" a diferencia de aquellas que permanecían en las típicas jaulas de laboratorio, explica Lambert en la página web de la Universidad.

 

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Estos hallazgos, indica la experta, "podrían ser utilizados para investigar los efectos de la enfermedad de Parkinson sobre las habilidades motoras y la conciencia espacial" y para "entender mejor los efectos de la motivación sobre la depresión".

 

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Además, los investigadores podrían reemplazar las tradicionales pruebas en un laberinto por tareas de conducción más complejas cuando usen a estos animales como modelos para estudiar afecciones neurosiquiátricas.

 

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Los detalles del estudio los publica la revista NewScientist , donde Lambert cuenta que hasta ahora se sabía que los roedores pueden reconocer objetos, presionar barras o encontrar la salida de un laberinto , pero su equipo se preguntó si serían capaces de realizar labores más complejas.

 

Y los animales, seis hembras y once machos, no les decepcionaron. Para ello tuvieron que construir un vehículo a su medida con un simple tarro de plástico sobre cuatro ruedas , equipado con motor y tres barras de cobre que servían de volante para avanzar y cambiar de dirección.

 

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Las imágenes no dejan duda de la destreza de los animales, capaces de subir y ponerse a los mandos del tarro para dirigirse a la comida que servía de recompensa a sus habilidades. La marcha adelante, los giros y cambios de dirección no parecen tener secretos para estos ratones, aunque en ocasiones chocaron con alguna pared.

 

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El objetivo de los roedores era ganarse unos cereales siempre y cuando fueran capaces de conducir el minivehículo por un espacio de cuatro metros cuadrados, hasta el lugar donde esperaba la recompensa.

 

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"Aprendieron a conducir el coche de una manera única y se dedicaron a patrones de dirección que nunca habían utilizado para llegar finalmente a la recompensa", explicó Lambert.

 

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Además, parecía que aprender a conducir les relajaba, según revelaron los análisis de su heces, pues durante sus clases de conducir aumentaban los niveles de dos hormanas; corticosterona y dehidroepiandrosterona, la primera un marcador de estrés y la segunda lo contrarresta.

 

La experta indicó a NewSicencit que su capacidad para conducir demuestra la neruoplasticidad de sus cerebros , es decir, su capacidad de responder con flexibilidad a los nuevos desafíos.

 

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"Realmente creo -señaló- que las ratas son más inteligentes de lo que percibe la mayoría gente y que la mayoría de los animales son más listos, de una manera particular, de lo que pensamos".

 

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El equipo de la doctora Lambert realizará nuevo experimentos para entender cómo las ratas aprenden a conducir, por qué parece que esta actividad reduce el estrés y qué zonas del cerebro están relacionadas.

 

 

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