Es un gran misterio por qué "el Divo de Juárez" no fue galardonado con el codiciado gramófono a pesar de sus millones de copias vendidas y las cientos de canciones compuestas en sus casi cinco décadas de carrera artística.
La Academia Latina de la Grabación lo homenajeó como Persona del Año en 2009, pero hasta su muerte el 28 de agosto se quedó con el sabor amargo de seis nominaciones. Este año, compite de forma póstuma en dos: mejor álbum del año y mejor álbum local pop tradicional por una producción que incluyó grabaciones a dúo con una constelación de estrellas del continente.
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"Es un misterio, una injusticia, pero Juan Gabriel ya había trascendido los premios, llega un momento en que más bien son los premios los que se ven vacíos cuando faltan figuras como Juan Gabriel", explicó a la AFP Pável Granados, un ensayista especializado en música popular mexicana.
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Pero entre las injusticias que se cruzaron en el camino de Alberto Aguilera Valadez, el Grammy está bien abajo en la lista: el menor de 10 hermanos en una familia de campesinos arruinados, que pasó hambre, trabajo y frío, que durmió en la calle y que, más doloroso aún, nunca sintió el amor de su madre, indiferente a su cariño, sus sueños y después su fama.
Juan Gabriel "nació con la estrella que lo acerca al destino del héroe trágico, ese que se levanta, que desde el dolor puede mirar hacia adelante, el que transforma sus pesares en fortalezas y que de lo más profundo de los abismos puede salir cantando con una sonrisa", escribió Pablo Márquez en el obituario que le dedicó en el diario El Mercurio.
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De Parácuaro a Juárez, de Juárez a Ciudad de México, de Alberto a Adán Luna y de ahí a Juan Gabriel, la fama y a revolucionar la ranchera, romper con el estereotipo del mariachi mero macho e imponer el estilo extravagante y único con el que conquistó hasta al más pintado.
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Juan Gabriel murió de un infarto fulminante el 28 de agosto, a poco menos de tres meses de la ceremonia del Grammy Latino de este jueves en Las Vegas, y sin saber siquiera que sería nominado.
El brasileño Djavan, los mexicanos Jesse & Joy y el colombiano Fonseca destacan también entre los favoritos a llevarse uno de los premios, con cuatro nominaciones cada uno.
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Y la noche antes, Marc Anthony será honrado como la Persona del Año.
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Fue por cierto este salsero neoyorquino quien en un concierto, poco después de la muerte del divo, se quebró en llanto cantando "Abrázame muy fuerte".
En América Latina deben ser pocas las personas que no hayan escuchado alguna vez los "versos breves, contundentes y a veces casi mortales" de Juan Gabriel, como los definió Granados.
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Le cantó "a todo tipo de amor", explicó Granados. "Hay canciones para un amor ambiguo en las que no puedes determinar qué es lo que está pasando", siguió.
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Y de las más desgarradoras están inspiradas en el maltrato de la madre: "Hasta que te conocí, vi la vida con dolor, no te miento, fui feliz, aunque con muy poco amor" o "amor eterno e inolvidable...".
Pero el aplauso que nunca le dio Victoria Valadez lo recibió de un público que lo adoptó y lloró su muerte lejos de su México amado.
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Unas 700.000 personas fueron hasta el Palacio de Bellas Artes, donde fueron colocadas sus cenizas en capilla ardiente en el Palacio de Bellas Artes.
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Su experiencia en la calle permitió a Juan Gabriel identificarse muy bien con el mexicano porque sus composiciones "no hablaban sólo de romances lejanos y calambres del corazón, sino que su pluma le cantó a la pobreza más inválida", escribió Márquez.
Y la muestra está en que el coro de su primer sencillo "'No tengo dinero ni nada que dar' define al 90% de los mexicanos", destacó Granados, que se preparaba para entrevistar a Juan Gabriel para un libro cuando murió repentinamente a los 66 años.
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"Nos dimos cuenta de que Juan Gabriel había leído en nosotros algo muy importante, hizo una incisión enorme en un país, en un continente... Las canciones de Juan Gabriel limpian el alma", subrayó.
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