En entrevista con Erika de la Vega, Carolina Cruz abrió su corazón y se sinceró sobre el difícil período que marcó el fin de su relación de más de una década con Lincoln Palomeque . La famosa pareja, padres de Matías y Salvador, decidieron tomar caminos separados en marzo de 2022, un acontecimiento que, sin duda, causó revuelo en el panorama mediático. Sin embargo, es la fortaleza y madurez con la que ambos han encarado esta nueva etapa de sus vidas, manteniendo el bienestar de sus hijos como la máxima prioridad, lo que realmente captura nuestra atención.
La tormenta antes de la calma
La vida de Carolina Cruz se vio sacudida no solo por su separación de Palomeque, sino también por los desafíos de salud de su hijo menor, Salvador. La decisión de Cruz de compartir públicamente estos momentos difíciles chocó con los deseos de Palomeque, creando una brecha insalvable entre la pareja. "No quiero que lo muestres, es mejor dejarlo así" , fueron las palabras de Palomeque, según relata Cruz. Sin embargo, la presentadora sintió la necesidad imperiosa de no ocultar la realidad de Salvador, conectando con muchas otras familias en situaciones similares.
La separación, lejos de ser un proceso doloroso, se convirtió en un viaje de autodescubrimiento y crecimiento para Cruz, según sus propias palabras. Enfocada en la recuperación de su hijo, la vallecaucana encontró poco espacio para lamentar el fin de su relación. "Estaba tan enfocada en sacar adelante a mi hijo, que no me dio tiempo para pensar en lo otro" , confiesa.
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Una nueva oportunidad en el amor
A pesar de los esfuerzos por mantener la unidad familiar, la realidad se impuso, llevando a Cruz y Palomeque a aceptar el fin de su relación. Este proceso de aceptación no solo abrió las puertas a una nueva dinámica familiar sino también permitió a Cruz explorar un nuevo capítulo en su vida amorosa. Su relación con Jamil Farah, marcada inicialmente por dudas debido a la diferencia de edad, floreció ante la certeza de que lo que más importa es la felicidad y el bienestar emocional, tanto de los padres como de los hijos.
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Su historia es un testimonio de la complejidad de las relaciones humanas, la maternidad y la resiliencia frente a las adversidades. Su capacidad para mantener una relación cordial con Palomeque, enfocarse en la felicidad de sus hijos y darse una nueva oportunidad en el amor son lecciones valiosas sobre el poder de la resiliencia y la importancia de la felicidad individual en la dinámica familiar.
En esta entrevista con Erika de la Vega, Cruz no solo compartió su experiencia personal sino que también ofreció un mensaje de esperanza y fortaleza a quienes puedan estar enfrentando situaciones similares. La vida, con sus altibajos, siempre ofrece una nueva oportunidad para aquellos dispuestos a abrazar el cambio con valentía y optimismo.
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