Un caimán aguja, especie que está en vía de extinción, puso huevos en las orillas del río Bogotá, ubicado en el centro de Colombia y considerado una cuenca degradada desde hace décadas por la contaminación ambiental como consecuencia del vertido de basuras y de desechos industriales, informaron este miércoles fuentes ambientales.
El director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), Néstor Franco, dijo a periodistas que "una mamá cocodrilo tipo aguja ha depositado huevos muy cerca de la ribera del río Bogotá".
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El vocero detalló que se espera que "en los próximos 90 días podamos tener reproducida esta especie en un escenario de renaturalización, lo cual significa que los procesos de descontaminación y recuperación en la cuenca alta y media del río Bogotá comienzan a dar resultados con respecto a la posibilidad de afianzar el repoblamiento de fauna endémica que hacía mucho tiempo no se identificaba".
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Según la CAR, el "crocodylus acutus" es una especie amenazada que se encuentra en un estado vulnerable porque es cazada para comercializar su piel y otras de sus partes.
¡Nuestro río Bogotá está vivo! Pese a todos los embates que tiene que sufrir. 🍃💧
— CAR Cundinamarca (@CAR_Cundi) July 3, 2019
Esta mamá caimán puso su huevo en la cuenca baja, a orillas del Río Bogotá. Su nombre científico es Crocodylus acutus. Adelantamos todas las medidas de prevención y protección.🐊😍 pic.twitter.com/UkcSoro9eU
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Esos caimanes habitan la cuenca del río Magdalena, la principal arteria fluvial del país, y las hembras ponen entre 30 y 70 huevos, de los cuales sobreviven muy pocos debido a la depredación de mamíferos y otros cocodrilos.
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Es por eso que la CAR trabaja en un programa de repoblamiento de su hábitat natural a través de una "proyección de un manejo sostenible".
El río Bogotá, ubicado en el departamento de Cundinamarca, tiene 347 kilómetros de longitud y atraviesa 46 municipios, entre ellos la capital colombiana, y representa una influencia sobre unos 12 millones de personas.
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En marzo de 2014, el Consejo de Estado, máximo tribunal de lo contencioso administrativo de Colombia, ordenó a la nación tomar medidas para recuperar el afluente, que nace a unos 3.400 metros sobre el nivel del mar en el Alto de la Calavera, en el municipio de Villapinzón, y desemboca en el río Magdalena.
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Según la CAR, el río Bogotá, afectado por la tala de árboles, las captaciones de aguas ilegales, el depósito de residuos y la mala disposición de basuras, estará recuperado en 2025.
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