Un escalofriante caso ha causado furor en las
La protagonista de esta historia es Corinea Stanhope, una mujer de 36 años que reside en Powell River, un pequeño poblado canadiense en la costa oeste del país norteamericano, un lugar tranquilo, pero alejado de la ciudad más cercana que es Vancouver, por lo que sus habitantes llevan una vida campestre.
Precisamente esto la llevó como a muchos otros a poner cámaras de seguridad en su casa, ya que muchas veces animales salvajes se acercan y hacen de las suyas, como por ejemplo lo que la llevó a darse cuenta de que había conseguido grabar algo muy inusual.
Un día se percató de que había un animal muerto en el patio de su casa, se trataba de un siervo, pero para entender mejor lo que ocurría decidió prestarle atención a las grabaciones a ver qué animal era el culpable o si se presentaba otro incidente.
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Para sorpresa de la mujer y de su abuelo Bob de 70 años, al revisar los metrajes se dieron cuenta de que aparte de una especie de tigrillo, que se alimentó del cadáver de día, en horas de la noche aparecieron en escena dos mujeres, semidesnudas, quienes también empezaron a comerse el cadáver del siervo, dejando unas imágenes macabras y misteriosas.
La mujer dijo en diálogos con el medio Kennedy News que: “Realmente nos asustó, no es algo que se vea todos los días (…) Realmente no puedo definir lo que estaba pasando por unas fotos, pero una de ellas llevó la pezuña hasta su boca. Parece que tienen pelucas. Una parece que tiene cabello rubio debajo”.
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