Alejandro Martín es un paisa de 35 años, que hace parte de los colombianos que salen del país con el firme propósito de empezar a vivir el sueño americano. Así como cientos de latinos que salen cada año con rumbo a los Estados Unidos , en busca de una mejor calidad de vida para sus familias, este hombre tomó la decisión un día de salir de Colombia y empezar a trabajar como un inmigrante más que quiere salir adelante.
Realizó estudios de comunicación social en Colombia. Cuando logró llegar e instalarse en ese país, empezó a trabajar como mesero en un restaurante por unos cuantos meses hasta que un día vio una gran oportunidad de hacer dinero con la venta de tamales y lechona.
Estados Unidos es uno de los destinos preferidos por los colombianos para poder migrar e ir en busca de una mejor calidad de vida. Según cifras oficiales del 2021, se estima que están viviendo allí cerca de 855.000 colombianos, esto sin tener en cuenta a los que están de manera irregular.
"Somos una gran comunidad" , dijo al respecto Alejandro, quien se ha encontrado con cientos de colombianos que al igual que él un día tomaron la decisión de migrar, inclusive hay algunos de sus paisanos quienes ya están trabajando para él.
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La capital del mundo, Nueva York, ha sido la ciudad que lo acogió desde que llegó en donde con esfuerzo y sacrificio ha logrado salir adelante. Hoy en día tiene uno de los restaurantes más visitados por los colombianos y latinos de otros países.
Toda esta historia comienza cuando él toma la decisión de dejar su empleo como mesero y empezó a trabajar de manera independiente en las calles con un pequeño puesto de tamales que salía a vender todos los días sin falta.
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"Trabajé casi año y medio como mesero y durante todo ese tiempo me di cuenta de que el tamal casi no se conseguía en Estados Unidos. Entonces, me puse a revisar el tema y terminé aprendiendo a hacer tamales en mi casa" , dijo Alejandro al diario El Tiempo.
Aunque no tenía mucha experiencia en la cocina, se enfrentó a tener que preparar el tan apetecido tamal, al principio parece que no fue fácil para él hacer esta preparación tan típica, pero luego de muchos intentos llegó el día en que por fin dio con ese sabor perfecto.
De esta manera fue que decidió renunciar al trabajo que tenía y mejor se puso a vender sus propios tamales, en una de las calles de Nueva York, exactamente en una esquina de la calle 82 con Av, Roosevelt.
Sin duda Alejandro Martín no la tuvo nada fácil, pues no hubo un día que no saliera vender sus tamales, nevara, lloviera o hiciera sol. Finalmente, en la pandemia fue donde tuvo la gran oportunidad de poder salir adelante, pues muchos locales cerraron y fue aquí donde él surgió con su negocio.
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Empezó a vender tamales como nunca, hasta el punto de tener que contratar gente para que le ayudara, la misma que se quedó sin empleo por la pandemia. Trabajó así por alrededor de un año hasta que montó su local de manera legal en Queens.
Tiempo después de su gran éxito, le agrego la venta de lechona en diferentes presentaciones, y como si fuera poco monto otro local en New Jersey y un ranodromo, un lugar en donde la gente va juega rana y tejo, y de paso se come su buen tamal.
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Finalmente, Alejandro Martín ha logrado tener éxito gracias a su propio esfuerzo, supo ver y aprovechar las oportunidades y ahora se ha logrado posicionar como uno de los restaurantes de comida típica más visitados por los latinos.