Almuerzo para dos con solo $10.000: el truco colombiano para rendir la plata sin pasar hambre
Con este truco sencillo y recursivo, puedes preparar un almuerzo completo para dos personas con apenas $10.000. Ideal para quienes buscan rendir la plata sin sacrificar sabor ni cantidad.
Cuando la plata no alcanza y el hambre aprieta, toca ser más creativo que nunca. En muchas casas colombianas, estirar el billete del día es todo un arte, y si tienes apenas $10.000 pesos en el bolsillo, no estás tan fregado como parece. Con algo de ingenio, una pizca de recursividad y sabiduría popular, se puede armar un almuerzo completo, casero y rendidor para dos personas… y hasta puede sobrar para la noche.
La clave está en combinar carbohidratos que llenen, una proteína modesta pero sabrosa, y una ensalada sencilla que le dé frescura al plato. No necesitas ingredientes exóticos ni técnicas de chef: solo saber comprar y aprovechar cada peso. Ir a la plaza o a la tienda del barrio con actitud de sabueso ayuda un montón. A veces, un buen regateo o una promo del día salvan la jugada.
¿Y qué puedo hacer de almuerzo con exactamente con $10.000?
Lo primero es pensar en lo que más llena: arroz, papa, yuca o plátano. Son aliados infalibles en cualquier menú colombiano. Luego, algo de proteína: puede ser huevo, lentejas, salchichas o incluso un poquito de carne molida. Todo depende de la zona y de la suerte con los precios. Una ensalada rápida con zanahoria, cebolla y tomate (o lo que esté barato ese día) le da color al plato y un toque fresco. Y si se puede, hasta alcanza para una limonada o aguapanela bien fría.
La preparación no tiene misterio. Con una olla, un sartén y algo de sazón criolla (ajo, cebolla larga, sal y un poco de color), se arma un almuerzo que cumple: llena, sabe bien y no se ve triste. Incluso puedes variar los acompañamientos y armar versiones distintas cada día, sin salirte del presupuesto.
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Este tipo de almuerzos no solo son una solución práctica, sino también una muestra de cómo en Colombia la comida se vive con creatividad. Hacer rendir lo que hay, sin dejar de disfrutar un buen plato, es parte del día a día. Así que, la próxima vez que te digan que con $10.000 no alcanza para nada, ya sabes qué responder… y hasta puedes invitar a alguien.