El domingo 22 de junio se convirtió en un día de angustia para la familia Lindarte Rondón, en el municipio de Los Patios, Norte de Santander. Yuliana Lindarte, de 20 años, fue víctima de un secuestro ejecutado con precisión por un grupo armado que irrumpió en su finca familiar en la vereda La Mutis.
Las cámaras de seguridad registraron el estremecedor momento en que la joven fue sacada a la fuerza por individuos vestidos de negro y con el rostro cubierto.
El video, difundido por medios nacionales, muestra a Yuliana caminando descalza, llorando, mientras es conducida bajo amenaza hacia una camioneta blanca Toyota TXL, propiedad de la familia.
Las imágenes dejaron ver el horror vivido en segundos: la tranquilidad habitual del campo se rompió con el ingreso de seis a siete hombres fuertemente armados. Solo la madre de la joven se encontraba en la finca, y aunque también fue intimidada, no fue retenida.
Este caso ha conmocionado a la región, no solo por la forma con la que se ejecutó el secuestro, sino también por el perfil de la familia. El padre de Yuliana, cuya identidad se mantiene en reserva, es un empresario minero con operaciones importantes en el departamento.
El secuestro moviliza a autoridades y comunidad en Norte de Santander
La respuesta de las autoridades no se hizo esperar. Unidades del Gaula de la Policía Metropolitana de Cúcuta, en coordinación con el Ejército Nacional y la Policía de Norte de Santander, han desplegado operativos por tierra y aire.
En los límites rurales de Ragonvalia se realizan sobrevuelos en busca de rastros del vehículo o de la joven.
Una de las hipótesis más fuertes es que los secuestradores contaban con información detallada sobre los movimientos de la familia, lo cual ha llevado a considerar que hubo vigilancia previa o incluso una filtración interna. Hasta el momento, no se ha establecido contacto con los captores ni se ha recibido exigencia económica alguna.
Mientras tanto, la comunidad ha manifestado su apoyo a la familia Lindarte Rondón a través de cadenas de oración y mensajes en redes sociales. La incertidumbre y el temor se han instalado en la región, donde muchos temen que hechos como este se repitan.
¿Motivaciones extorsivas detrás del secuestro?
Aunque oficialmente no se ha confirmado el móvil del secuestro, las autoridades no descartan que se trate de una acción con fines extorsivos, dada la actividad económica de la familia afectada. Las minas de carbón, de alto valor comercial en la región, han sido foco de atención tanto para inversionistas como para estructuras criminales que operan en el departamento.
El caso ha despertado la preocupación de gremios empresariales del sector minero, que piden mayor protección y garantías de seguridad para sus operaciones y sus familias. El secuestro de Yuliana se suma a una serie de hechos que han puesto en evidencia la persistencia de grupos armados en la zona y sus estrategias para obtener recursos mediante el miedo.
Por ahora, las autoridades continúan con el rastreo en zonas rurales de difícil acceso, mientras el país espera el regreso sano y salvo de Yuliana. La esperanza de su familia y la presión de una sociedad cada vez más vigilante podrían ser clave para resolver este preocupante caso que ha sacudido a Norte de Santander.
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