Hace tres semanas, un jurado había declarado culpable a Weinstein de acto sexual criminal en primer grado contra la asistente de producción Mimi Haley y de violación en tercer grado contra la aspirante a actriz Jessica Mann. Weinstein, de 67 años, tomó por primera vez la palabra antes de conocer la sentencia y con voz grave, apenas inaudible, dijo estar "totalmente confuso" y sentir que "miles de hombres y mujeres están perdiendo su derecho legal debido", pero también admitió "remordimiento por la situación". En primera fila de la bancada estaban las seis mujeres en el centro del caso: las denunciantes Haley y Mann, que dieron dos emocionales discursos durante unos 40 minutos, y las cuatro testigos llamadas por la Fiscalía: Annabella Sciorra, Tarale Wulff, Lauren Young y Dawn Dunning, así como una amiga de la primera, Rosie Pérez. Entraron juntas y se abrazaron al final. La fiscal asistente del caso, Joan Illuzzi-Orbon, comenzó pidiendo al juez la pena máxima, y agradeciendo su "sacrificio" a las mujeres que han denunciado y testificado, además de arremeter contra Weinstein, asegurando que se "emborrachó de poder" y citando comentarios de algunos entrevistados durante la investigación que lo describieron como un "depredador", un "manipulador" y un "monstruo". Te puede interesar: Descubren planeta gigante tan caliente en el que llueve hierroDio paso entonces la fiscal a Haley, quien relató cómo la agresión sexual de Weinstein impactó en su vida y pidió al juez una condena "suficiente para que entienda" el perjuicio causado, en la misma línea que Mann, quien fue contundente al criticar que su "violación habría sido evitable" y recordó cómo el productor la "violó" pese a decirle "verbalmente que no quería" relaciones con él. Por su parte, la defensa del magnate de Hollywood intentó obtener la mínima pena para su cliente aduciendo que en otros casos similares o más graves el juez había aprobado acuerdos entre las partes, que hubo "inconsistencias" en los testimonios de las víctimas y, finalmente, que por sus condiciones de salud, incluso la sentencia más baja iba a ser "una cadena perpetua" para Weinstein. El productor sorprendió al decidir hablar, algo que no hizo ni para defenderse durante el proceso, y en un discurso de diez minutos en el que admitió haber perdido "el hilo", pausándose durante unos momentos, aseguró que "recorrió largas distancias para ocultar" su comportamiento ante sus exmujeres, lamentó que no podrá ver más a sus hijos y recordó sus logros en la industria del cine y sus donaciones tras el 11 de septiembre o el Huracán Sandy. El fiscal de Manhattan, Cyrus Vance, sentado en primera fila cerca de las denunciantes y de la abogada de algunas de ellas, Gloria Allred, comunicó que la "sentencia da un aviso a los depredadores sexuales y parejas abusivas de todos los segmentos de la sociedad" y agradeció "a las supervivientes sus notables declaraciones de hoy y su indescriptible valor durante los dos últimos años ".
La actriz Salma Hayek se unió el miércoles al centenar de mujeres que han denunciado a Harvey Weinstein, alegando que el caído magnate de Hollywood la acosó sexualmente, la sometió a su ira creciente y hasta amenazó con matarla. "Durante años fue mi monstruo", escribió la estrella mexicana en un ensayo publicado en The New York Times que detalla la tortuosa producción de la película "Frida" de 2002, la cual le valió una nominación al Óscar a mejor actriz. Cuando la compañía productora de Weinstein firmó un acuerdo para financiar la película que Hayek soñaba hacer, la actriz tuvo que empezar a "decir que no", según contó en el artículo. "No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche, hotel tras hotel, ubicación tras ubicación", escribió la actriz y productora de 51 años. "No a tomar una ducha con él. No a dejar que me vea tomar una ducha. No a dejar que me dé un masaje. No a dejar que un amigo suyo desnudo me dé un masaje. No a dejar que me haga sexo oral. No a que me desnude con otra mujer". La "ira maquiavélica" de Weinstein acompañó todos los rechazos y una vez incluyó "las terribles palabras 'te mataré, no creas que no puedo hacerlo'", contó. Después de esquivar las demandas imposibles de Weinstein para mantener la película en buen camino, una vez que comenzó la filmación el acoso sexual se detuvo, dijo Hayek, "pero la rabia se intensificó". El productor criticó su actuación, la reprendió por un papel en el que no mostraba atractivo sexual y aceptó dejarla terminar solo si accedía a hacer una escena de sexo con otra mujer. Entonces le exigió "desnudez frontal completa", recordó Hayek, quien al filmar la escena sufrió un ataque de nervios y tuvo que tomar un tranquilizante. Cuando la película estuvo terminada, Weinstein habría dicho que no era lo suficientemente buena para presentarla en cines y amenazó con enviarla directamente al video.