José Pablo, un niño de 10 años del humilde barrio santiaguino de Pedro Aguirre Cerda, juega eufórico con sus amigos en la "piscina móvil" que ha hecho parada al lado de su casa en una de las pocas oportunidades que tiene para bañarse durante el caluroso y seco verano chileno.
Los jóvenes que viven en edificios cercanos salen de sus casas preparados con bañador y toalla luego de que se anuncie por megáfono la llegada de la piscina, que los últimos días ha causado furor en las redes sociales por el hecho de que viaja en un tráiler.
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A bordo de un camión, más de 23.000 litros de agua en un enorme depósito refrescan a los más pequeños, que buscan llegar a una tregua con las altas temperaturas de la capital chilena que fácilmente superan los 30 grados centígrados.
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DE LA TELE A LAS CALLES
La iniciativa, creada por el empresario Ramón Sandoval, parece sacada de una serie o una película y, de hecho, lo es: "Estaba viendo un capítulo de Los Simpson con mis hijos en el que llega un personaje que se llama Otto con una piscina encima de un camión. Yo tengo una empresa de transportes y me pareció una idea genial".
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En el primer capítulo de la sexta temporada de la mítica serie norteamericana, Otto Mann, el conductor de autobús escolar, aparece con la "Springfield pool-mobile" (piscina móvil de Springfield) para hacer frente a la intensa ola de calor que sufre la ciudad.
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Sandoval, que empezó la iniciativa en Paine, una pequeña ciudad 45 kilómetros al sur de Santiago, explicó a Efe que la recepción ha sido "muy buena" y que la gente que se lo encuentra por la calle "frena, retrocede y aplaude". "Estamos viendo de nuevo un Chile amable, cosa que se había perdido un poquito", dijo en referencia a la crisis social que vive el país desde hace casi cuatro meses con masivas protestas en contra del Gobierno y la desigualdad social.
El empresario aseguró que "más que una piscina, es un momento para compartir", y que prueba de ello es que acuden "niños que tienen piscina en casa" porque en esta "disfrutan más".
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A su lado, una quincena de criaturas se divierte sumergiéndose en el agua y salpicando a sus familiares, que los observan sentados a pocos metros. "¡No quieren salir!", exclamó Mili Enríquez, trabajadora de la sanidad pública que lleva toda su vida en la comuna, quien aplaudió la presencia de la "piscina móvil" para los vecinos "que no tienen oportunidad de salir de vacaciones".
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