Las jeringas y las agujas huecas se han usado para suministrar medicamentos durante más de medio siglo y, ahora, un equipo de científicos ha desarrollado un inyector inteligente que afina su administración en regiones delicadas del cuerpo, como el espacio supracoroideo en la parte posterior del ojo.
En concreto, los investigadores han probado en animales un inyector inteligente de alta sensibilidad para la focalización tisular -llamado i2T2-, capaz de detectar cambios en la resistencia con el fin de administrar medicamentos de forma adecuada y segura.
La vía de la inyección se utiliza para la administración de tratamientos para la retina, degeneración macular húmeda o en retinopatía diabética, según fuentes científicas consultadas.
En una nota de prensa, el citado hospital recuerda que si bien se llevan usando más de un siglo las jeringuillas, su correcta utilización depende del operador y puede ser difícil administrar fármacos en regiones delicadas del cuerpo, como en los ojos.
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"Apuntar a tejidos específicos usando una aguja convencional puede ser difícil y a menudo requiere de un individuo altamente entrenado", señala Jeff Karp, líder de este estudio.
Según este doctor, en el último siglo ha habido "una innovación mínima" en relación a las agujas, por eso lo vieron "como una oportunidad para desarrollar dispositivos mejores y más precisos".
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"Hemos buscado mejorar la orientación al tiempo que hemos mantenido el diseño lo más simple posible para facilitar su uso".
La capa de la coroides es la capa intermedia del ojo y está llena de vasos sanguíneos; esta a su vez está dividida en varias capas. Uno de estos espacios es el supracoroideo, una parte difícil de localizar con una aguja estándar, según los autores de este trabajo.
Este espacio supracoroideo (SCS) se ha impuesto como un lugar importante para la administración de medicamentos y es complicado alcanzarlo porque la aguja debe detenerse después de la transición a través de la esclerótica, otra parte del ojo que tiene menos de un milímetro de grosor , y debe ser así para evitar daño en la retina.
El dispositivo i2T2 se fabricó utilizando una aguja hipodérmica estándar y piezas de jeringas disponibles en el mercado.
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Los tejidos corporales tienen diferentes densidades y el inyector inteligente aprovecha las diferencias de presión para permitir el movimiento de la aguja hacia un tejido diana.
La nueva jeringa se probó en tejidos de tres modelos animales para examinar la precisión de la administración en los espacios supracoroideo, epidural y peritoneal, así como subcutáneamente.
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Los investigadores también demostraron en animales que el inyector podía entregar células madre a la parte posterior del ojo, las cuales podrían ser útiles para las terapias regenerativas.
"El i2T2 ayudará a facilitar las inyecciones en lugares del cuerpo difíciles de localizar" , resume Miguel González-Andrades, oftalmólogo coautor del manuscrito y colaborador del laboratorio de Karp: el siguiente paso hacia el uso humano es demostrar la utilidad y seguridad de la tecnología en modelos preclínicos relevantes.
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