Asesinan a hincha de Millonarios en Bogotá, a pocas horas de la final

El crimen de un joven hincha de Millonarios se presentó en la noche de este jueves en el barrio San Carlos, localidad de Tunjuelito al sur de Bogotá, tras una riña que se desató a la salida de un bar. Según testigos los involucrados portaban la camiseta de este equipo.La víctima fue identificada como Cristian Yesid Hernández de 25 años. Según las autoridades, participaron al menos tres personas en el ataque que terminó con el asesinato de este hincha quien recibió varias puñaladas en el tórax.El CTI de la Fiscalía acudió al lugar para hacer el respectivo levantamiento del cadáver pues las heridas fueron tan contundentes que el joven falleció en el acto.Según versión de testigos los atacantes también serían hinchas del mismo equipo, sin embargo, esta información no ha sido confirmada por las autoridades. Tras los hechos, los agresores emprendieron la huida y hasta el momento se desconoce su paradero. Las autoridades analizan videos de cámaras de seguridad para identificarlos.Según lo relatado por el hermano de la víctima a medios de comunicación las agresiones comenzaron dentro del centro nocturno, cuando un grupo de personas insultó, empujó e incluso golpeó al joven, presuntamente por intolerancia.“Mi hermano se encontraba con su novia y unos amigos, cuando llegan unos hinchas de Millonarios que lo empujan, y ya a la tercera agresión que fue un puño en la cara, él reacciona”, indicó el familiar de la víctima.Este es el primer hecho de violencia reportado hasta el momento a previas horas de la gran final del fútbol colombiano. Las autoridades anunciaron las restricciones que se implementarán en la ciudad desde este viernes para evitar alteraciones del orden público.Entre las medidas se encuentra el despliegue de 1.300 uniformados de la Policía que cuidarán el estadio El Campín. Ley seca en los alrededores del escenario deportivo y la prohibición de ingreso de hinchada visitante tanto a la ciudad como al estadio.Te puede interesar: En La Kalle reconocemos a los kallejeros de buen corazón