Los programas creados por el comediante, libretista, actor y escritor Roberto Gómez Bolaños, conocido en el mundo como 'Chespirito', lograron meterse en la mente de miles de personas que crecieron viendo sus éxitos como 'El Chavo', 'El Chapulín', 'Los Caquitos', entre otra infinidad de producciones que, incluso, logró llevar al cine.
Pero no son solo los programas se metieron en la memoria de las personas, fueron también los personajes que nacieron de la creatividad de Chespirito los que pasaron a la historia.
Uno de esos personajes que se ganó el corazón de miles de televidentes fue 'Jaimito el cartero', interpretado por el actor Raúl 'Chato' Padilla, quien además se encargó de dar a conocer la ciudad de Tangamandapio, de la que aseguraba ser nacido y la cual por muchos años se creyó que hacía parte de la imaginación y creatividad del escrito Roberto Gómez Bolaños.
Sobre Jaimito no es mucho lo que se conoce, pero fue tanto el cariño que le tomó la audiencia que, incluso, en Tangamanadapio -ciudad situada en el suroeste de México- crearon una escultura en su honor, por haberlos dado a conocer en todo el mundo.
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Y aunque poco se habló de él en vida, Roberto Gómez sí le hizo un homenaje en su libro autobiográfico 'Sin querer queriendo' que publicó en 2006 el escritor.
En medio de los cientos de relatos y anécdotas que escribió Chespirito en su libro, tocó el tema de Jaimito el cartero a quien describió como un gran actor, persona y amigo con quien compartía divertidos momentos en el set.
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En un nostálgico recuerdo Chespirito reveló cómo fue el fallecimiento de Raúl 'Chato' Padilla, quien tristemente murió en el set donde se grababa El Chavo del 8.
Según el escrito de Gómez Bolaños, 'Jaimito' falleció en pleno set cuando se grababa uno de los capítulos. Recordó que en medio de la grabación el actor, quien ya tenía 75 años ingresó al departamento que quedaba en el segundo piso de la vecindad y de allí no salió más; mientras tanto los otros actores continuaron el rodaje.
Pero todo cambió luego de finalizar la grabación ya que Roberto Gómez se sentó en las escaleras de la vecindad a esperar que su amigo (Raúl Padilla) saliera del departamento, algo que nunca pasó, pues ya estaba muerto.
“Después de grabar lo estuve esperando en la escalera para demostrarle que yo también podía brincar desde el quinto escalón. Pero no bajaba. Entonces subí para ver si le pasaba algo y ya estaba muerto. Se evitó la fatiga para siempre", se lee en el libro de Roberto Gómez Bolaños.
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La muerte del actor despertó gran tristeza en sus compañeros de set que además compartían grabaciones en otros productos de Chespirito.
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