En las celebraciones de Navidad y fin de año, el ritmo festivo de la música popular se convierte en el alma de las reuniones familiares. Entre los clásicos que más suenan en esta época destaca “Grito Vagabundo”, una canción emblemática compuesta por Buenaventura Díaz y popularizada por el legendario Guillermo Buitrago.
Nacido en Cienaga, Magdalena, en 1920, Guillermo Buitrago dejó un gran legado en la música colombiana pese a su prematura muerte en 1949, a los 29 años. Su corta pero prolífica carrera revolucionó la música popular gracias a su estilo vallenato guitarrero.
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Con una personalidad carismática y un talento único, se convirtió en la voz de muchas celebraciones decembrinas. Jaime Andrés Monsalve, director musical de la Radio Nacional de Colombia, describe a Buitrago como un pionero cuyo legado musical sigue siendo parte esencial de las fiestas navideñas en el país.
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Entre sus muchos éxitos, destacan temas que evocan nostalgia y alegría, como “Ron de Vinola” y, por supuesto, “Grito Vagabundo”.
La tragedia detrás de “Grito Vagabundo”
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La historia de esta canción se remonta a un desafortunado accidente en la niñez de Buenaventura Díaz. Su madre, buscando aliviar un virus que afectaba al pequeño, aplicó por error un ácido en sus fosas nasales, lo que le causó graves lesiones en el rostro.
Este evento marcó profundamente a Díaz, quien encontró refugio en la música. Con su acordeón, componía temas que narraban su dolor y resiliencia, siendo “Grito Vagabundo” una de sus obras más significativas.
La letra, cargada de emoción, refleja su tristeza y el anhelo de superación: “Cómo me compongo yo en el día de hoy, cómo me compongo yo en el de mañana…” . Aunque su mensaje es personal, esta canción fue malinterpretada en 1955 como una crítica política. Durante la presidencia de Laureano Gómez, fue censurada porque los liberales la adoptaron como un símbolo de protesta.
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¿Qué hacía Guillermo Buitrago antes de ser músico?
Antes de dedicarse de lleno a la música, Buitrago trabajó como polvorero, un oficio que lo acercó a las festividades decembrinas . Su verdadera pasión, sin embargo, siempre fue la guitarra, instrumento que empezó a dominar desde joven.
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Su talento lo llevó a recorrer los pueblos del Magdalena, rescatando canciones del folclor costeño y dando a conocer a compositores como Rafael Escalona y Emiliano Zuleta en el interior del país.
En 1943, llegó a Medellín gracias a Discos Fuentes, la disquera que lo lanzó al estrellato. Sus discos, grabados en formatos de 78 revoluciones, se volvieron un fenómeno de ventas. En apenas cinco años, registró más de cien canciones, muchas de las cuales se han convertido en himnos navideños.
Hoy, el legado de Guillermo Buitrago sigue vivo. Su música no solo ameniza las celebraciones de fin de año, sino que también nos conecta con una rica tradición que forma parte de la identidad colombiana.
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