Una mujer cuidó durante años de unos 130 gatos en un piso compartido en la capital rusa hasta que fue denunciada por sus vecinos, según informaron este martes medios locales.
La mujer organizó el refugio improvisado en el apartamento, donde era propietaria de una de las habitaciones, mientras las otras dos pertenecían a dos personas distintas.
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Fueron precisamente los otros dueños de la casa los que hicieron saltar las alarmas por la cantidad de gatos que vivían bajo el mismo techo tras visitar el inmueble después de un largo periodo de ausencia.
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Seguidamente, unos activistas expresaron el deseo de intervenir para trasladar a parte de los felinos y mejorar las condiciones de vida de los restantes.
"Los animales estaban en pésimas condiciones. A pesar de tener a su disposición el pasillo, la cocina y una de las habitaciones, eran demasiados para coexistir cómodamente", dijo una de las voluntarias, citada por el periódico Moskovski Komsomolets.
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La dueña de los gatos explicó que hace unos cuatro años rescató de la calle a una gata naranja que estaba en cinta y cuando esta dio a luz, decidió no esterilizar a la prole.
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A partir de ahí, el número de los inquilinos felinos del apartamento comenzó a crecer con celeridad hasta que llegaron a alrededor de 130.
En la actualidad, los voluntarios han encontrado nuevo hogar para unos 50 gatos, pero en el apartamento quedan otros 80, advierten.
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Según los vecinos de la casa "gatuna", su dueña trataba bien a los animales y gastaba en su manutención lo poco que ganaba en diversos trabajos esporádicos.
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