Es bien sabido que, sin importar la envergadura de la ceremonia, planear un matrimonio es una labor dispendiosa y bastante estresante. Normalmente, la novia y damas de honor son las más agobiadas con la organización del evento.
Así le pasó a Michelle Wilson-Stimson, que a sus 42 años empezó a planear lo que consideraba “el día más importante de su vida”. El estrés se empezó a apoderar de la mujer, pues tuvo problemas con proveedores, cancelaciones y hasta renuncias de última hora.
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La mujer pensó que la pesadilla había terminado cuando dio el sí en el altar. Sin embargo, no fue así, todo lo contrario, pues la recién casada empezó a perder cantidades de cabello espeluznantes y tras dos semanas de haberse convertido en señora perdió su dorada melena y quedó calva.
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Michelle decidió consultar a un experto y la primera pregunta que le hicieron fue “¿Ha experimentado mucho estrés últimamente?”, y las respuestas a su repentina calvicie empezaron a llegar.
“Se supone que debía haber sido un día especial, pero me dejó tan ansiosa que ahora estoy sin cabello. La gente no percibe cómo puede ser estresante planificar la ceremonia. El sueño de la boda puede convertirse en una pesadilla”, manifestó la mujer en una entrevista con Yahoo Brasil.
El estrés de Michelle no fue infundado, pues recibió su vestido con retraso a pocos días del matrimonio, su estilista le canceló y el coro que había contratado no llegó. La mujer tuvo que caminar hacia el altar con música de su celular, que también le falló, pues se apagó en plena ceremonia.
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