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Mary Ann Bevan era una mujer de 32 años que vivía en Londres, Inglaterra, y ejercía como enfermera. Se casó a los 29 años con Thomas Bevan, un florista con el que tuvo cuatro hijos.
Poco después Mary Ann fue diagnosticada con acromegalia o gigantismo, una enfermedad que causa un exceso de producción de las hormonas de crecimiento, esta causa deformaciones en algunas partes del cuerpo, tanto interna como exteriormente.
Según medios como Guloteca y Fabiosa.es, la triste historia de esta mujer, también es un acto de valentía, pues por una enfermedad y los prejuicios de la sociedad, ella pudo sostener a sus hijos a pesar de todo.
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Así, la mujer empezó a cambiar su forma física, desfigurando sus extremidades y algunos rasgos faciales, por lo que la gente la denominó como una persona de apariencia ‘fea’.
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En 1914 su esposo murió, dejando a cargo de todos los gastos y del cuidado de sus hijos a Mary Ann. La difícil situación la llevó a presentarse en un concurso en el que buscaban a ‘la mujer más fea del mundo’, el cual ganó.
A pesar de lo humillante que pudo haber sido, la mujer tuvo que dejar pasar que la llamaran ‘la más fea del mundo’, las burlas y el rechazo, y aprovecharlo para mantener a su familia.
Consiguió varios trabajos haciendo parte de circos de fenómenos o ‘freakshows’ en Inglaterra.
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Mary Ann Bevan falleció el 26 de diciembre de 1933, llevándose el honor de haber mantenido a su familia a costa su enfermedad, la cual muchos desconocían para la época.
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