La actriz colombiana Margalida Castro, r ecordada por su destacado trabajo en producciones como 'Yo amo a Paquita Gallego', abrió una ventana al capítulo más oscuro de su vida: su paso por manicomios y los tratamientos a los que fue sometida.
Con un testimonio desgarrador, Castro buscaba sensibilizar sobre las enfermedades mentales y el trato digno que estas merecen.
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En una entrevista con El Tiempo, Castro reveló que sus problemas de salud mental comenzaron después de un traumático accidente doméstico en 1970. A los 27 años, sufrió un golpe severo en la cabeza tras resbalar en su baño.
La lesión fue tan grave que los médicos sugirieron a su madre que la dejara morir debido al incierto pronóstico : ceguera, sordera, o incluso cuadriplejia.
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Pese a todo, su madre decidió arriesgarse y autorizar una operación de 17 horas que reconstruyó su cráneo.
Aunque la cirugía salvó su vida, las secuelas fueron devastadoras. Margalida perdió completamente la capacidad de dormir, lo que desencadenó alucinaciones y episodios de insomnio crónico que llevaron a su internación en varios sanatorios psiquiátricos.
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“Pasé varias veces por manicomios y obtuve mi diplomado en iluminación”, comentó con una mezcla de ironía y resignación.
¿Cuáles fueron los tratamientos que le hicieron a Margalida Castro en el manicomio?
La experiencia de Castro en los llamados manicomios fue estremecedora. En esos lugares, donde pasó más de 12 años , fue amarrada con lazos que le causaron llagas en sus extremidades, encerrada en sótanos y sometida a inyecciones de agua caliente para que permaneciera en silencio.
“No podía llorar porque era peor. E n los sótanos aprendí la gratitud, a valorar mis manos y mis pies , porque estar atada me hizo comprender lo afortunada que había sido”, relató.
En su testimonio también denunció prácticas inhumanas dentro de estas instituciones : “Cuando necesitaban las camas para otros, les apagaban la vida” , confesó, una declaración que subraya la urgente necesidad de revisar las condiciones en los centros de salud mental.
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El calvario de Margalida culminó en 1984, cuando la muerte de su madre marcó su salida definitiva de los psiquiátricos.
Desde entonces, la actriz ha transformado su dolor en fortaleza , convirtiéndose en una voz que aboga por el trato humano y digno hacia las personas con trastornos mentales.
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Castro compara su lucha con las olimpiadas de la vida: “He sido una ganadora de la medalla de la vida a través de tanto sufrimiento. Como los atletas que se reventaron los pies para llegar al podio, yo también tuve que enfrentar fracturas, derrotas y caídas”.
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