22 años han pasado desde que una mujer australiana mató a su esposo para luego alimentar a sus hijos con la carne del hombre.
En ese entonces Katherine Knight tenía 37 años, y había trabajado en un matadero, por lo que contaba con toda la experiencia, y las herramientas para cometer con facilidad el crimen que había planeado.
Como si se tratara de una escena de una película de terror sangrienta, la mujer apuñaló a su pareja, lo desolló, para después cortarle la cabeza y posteriormente colgar su carne en un gancho que solía usar en su lugar de trabajo.
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De acuerdo a los resultados de la investigación Knight cocinó por partes a su compañero sentimental y por varios días alimentó a sus hijos con pequeñas partes de las extremidades de la víctima, las cuales se supo que mezcló con papa, calabacín, remolacha y salsa.
La mujer fue detenida por las autoridades, y cuando se le inquirió por el hecho, l o que hizo inicialmente fue negarlo , y después justificar que lo había hecho en defensa propia pues según ella había sido víctima de violencia doméstica.
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Sin embargo la investigación indicó lo contrario ya que amigos y familiares cercanos de la pareja revelaron que ella siempre había sido una mujer muy violenta , por lo que varios años después de aquel suceso tan atroz, la mujer fue condenada a cadena perpetua, sin posibilidades de pedir rebaja de pena o prisión domiciliaria
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