Muerte de Manuel Elkin Patarroyo: su vacuna contra la malaria y otros aportes a la ciencia

El mundo de la ciencia lamenta la partida de Manuel Elkin Patarroyo, uno de los investigadores colombianos más destacados, quien falleció a los 78 años. Su trayectoria estuvo marcada por importantes contribuciones en el campo de la inmunología y la medicina, dejando un legado que trasciende fronteras.

“Hoy, ha partido un gran científico colombiano: Manuel Elkin Patarroyo. Su legado está representado, más que en la primera vacuna sintética del mundo, en una generación de investigadores a quienes inculcó el valor de construir país, generando conocimiento. ¡GRACIAS!”, fueron las palabras con las que Gabriela Delgado, decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, confirmó la noticia.

La Universidad Nacional emitió un comunicado oficial en el que destacó el aporte invaluable del doctor Patarroyo a la ciencia y la salud pública, además de expresar sus condolencias a la familia y colegas del investigador. La institución resaltó la influencia que tuvo en la formación de nuevas generaciones de científicos colombianos.

¿Quién era Manuel Elkin Patarroyo?

Manuel Elkin Patarroyo Murillo nació en Ataco, Tolima, en 1946. Se graduó como médico y cirujano en la Universidad Nacional de Colombia y continuó su formación en inmunología y virología en Estados Unidos.

A lo largo de su carrera, ocupó posiciones relevantes como director del Instituto de Inmunología del Hospital San Juan de Dios en Bogotá y profesor asociado en prestigiosas instituciones como la Universidad Rockefeller de Nueva York y la Universidad de Estocolmo, en Suecia.

Uno de sus logros más notables fue el desarrollo de la primera vacuna sintética contra la malaria, un avance que, aunque controversial en algunos aspectos, marcó un hito en la investigación científica global.

Foto: AFP

Patarroyo también fue un ferviente defensor de la ciencia como herramienta para el progreso de los países en desarrollo y dedicó su vida a fomentar el conocimiento en su tierra natal.

Su legado perdura no solo en sus descubrimientos, sino también en la inspiración que brindó a numerosos jóvenes científicos . La comunidad académica lo recuerda como un hombre comprometido con el desarrollo científico y social de Colombia.

Con su partida, deja un vacío significativo, pero también una huella imborrable en la historia de la ciencia.

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