En el Tolima está naciendo una nueva generación de líderes. Jóvenes que crecieron en medio de las marcas del conflicto y que, durante años, tuvieron más barreras que oportunidades. Hoy muchos de ellos están convirtiendo su historia en fuerza creativa y emprendimientos sostenibles que transforman sus comunidades.
Treinta mujeres rurales de este departamento están siendo protagonistas de un proceso transformador que busca fortalecer su liderazgo, autonomía económica y participación activa en sus territorios.
A esta iniciativa se unieron en alianza TGI y la Fundación Treebu, que brindan a estas mujeres la oportunidad de acceder a formación integral, oportunidades comerciales y herramientas tecnológicas que impulsan su crecimiento como emprendedoras y lideresas comunitarias.
Durante cinco meses las beneficiarias han recorrido un proceso de capacitación diseñado desde el enfoque del ser para el hacer, fortaleciendo habilidades personales, emocionales y productivas. El programa integra contenidos en liderazgo, emprendimiento con propósito, marketing digital, finanzas, innovación y herramientas tecnológicas, generando bases sólidas para la sostenibilidad económica de sus iniciativas.
Lo más inspirador es que, a partir de sus vivencias, han creado emprendimientos verdes, iniciativas sociales y modelos de negocio que aportan al desarrollo regional, demostrando que el talento y la resiliencia pueden convertirse en motores económicos cuando encuentran el apoyo adecuado.
El programa culminará con la graduación de las 30 mujeres por universidades de alto prestigio en Colombia, certificación que respalda la calidad del proceso formativo y potencia su credibilidad como empresarias en crecimiento.
Cada historia es un testimonio de transformación:
Jóvenes que antes se sentían sin rumbo hoy lideran proyectos que generan ingresos, fortalecen la economía local y promueven prácticas sostenibles; otros, que crecieron entre el miedo y la incertidumbre, hoy son ejemplo para sus comunidades y prueba viviente de que el ciclo del conflicto se puede romper cuando hay oportunidades reales.
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El trabajo articulado evidencia que cuando una región invierte en su juventud, especialmente en quienes han vivido el conflicto, la paz se construye de manera tangible y duradera.
Con esta apuesta, el Tolima espera posicionarse como un ejemplo de país en la construcción de modelos de desarrollo sostenible con enfoque de género, confirmando que cuando las mujeres crecen, las comunidades se transforman y el país progresa.