
Pasar largos periodos sin actividad íntima puede parecer un asunto sin mayores consecuencias , pero diversos estudios indican que podría estar relacionado con ciertos problemas de salud. Aunque la abstinencia es una elección personal, especialistas en el tema han señalado que la falta de relaciones podría aumentar el riesgo de desarrollar algunas enfermedades.
La investigación médica ha explorado los efectos de la intimidad en la salud y ha encontrado que su ausencia prolongada podría estar vinculada con algunas afecciones, como problemas cardiovasculares, trastornos del estado de ánimo y ciertas complicaciones en la salud prostática.
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1. Enfermedades cardiovasculares
Tener encuentros íntimos de manera regular se ha asociado con una mejor salud del corazón. Esto se debe a que durante el acto se liberan endorfinas y oxitocina, hormonas que contribuyen a reducir el estrés y mejorar la circulación sanguínea. Por otro lado, la inactividad podría incrementar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas a largo plazo.
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El Dr. Joseph Odhiambo, experto en salud, ha explicado que las personas con vida íntima activa tienden a mantener niveles de presión arterial más estables, lo que a su vez reduce la probabilidad de sufrir hipertensión o problemas coronarios.
2. Depresión y ansiedad
El bienestar emocional también puede verse afectado cuando la actividad íntima es reducida. Se ha demostrado que la intimidad ayuda a la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores clave para mantener el estado de ánimo equilibrado. La falta de estas interacciones podría llevar a una mayor predisposición a trastornos como la ansiedad y la depresión.
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Estudios han encontrado que las personas que pasan largos periodos sin este tipo de contacto pueden experimentar una disminución en su sensación de bienestar y un aumento en los niveles de estrés. Esto es especialmente notable en quienes atraviesan etapas de aislamiento o soledad prolongada.
3. Problemas de próstata
En el caso de los hombres, la inactividad ha sido relacionada con un mayor riesgo de desarrollar complicaciones en la próstata. Algunas investigaciones sugieren que la eyaculación frecuente podría ayudar a reducir la acumulación de sustancias en esta glándula, lo que podría disminuir el riesgo de padecer enfermedades como la prostatitis o incluso cáncer de próstata.
¿Qué tan frecuente debe ser la actividad?
Los especialistas coinciden en que no existe una frecuencia única que aplique a todas las personas. Sin embargo, algunos estudios han encontrado que tener encuentros al menos una vez a la semana puede ofrecer beneficios físicos y emocionales. En adultos jóvenes, la recomendación es de al menos dos veces al mes para evitar los efectos negativos asociados con la abstinencia prolongada.
Además de sus beneficios inmediatos, la actividad íntima también ha sido vinculada con una mejor calidad del sueño, reducción del dolor y un fortalecimiento del sistema inmunológico. Aun así, cada persona tiene su propio ritmo y necesidades, por lo que lo más importante es mantener un equilibrio que favorezca tanto la salud física como el bienestar emocional.
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