
Miguel Rincón es un personaje muy conocido en Bogotá. Muchos lo identifican por ser la voz que se escucha en las calles anunciando productos como tamales, mazamorra, frutas y verduras. Su voz ha acompañado a los vendedores ambulantes durante muchos años.
Desde pequeño, Miguel estuvo cerca del mundo del perifoneo. Su papá fundó Correcaminos Publicidad y fue quien le enseñó todo sobre micrófonos , parlantes y cómo usar la voz para vender. Con el tiempo, Miguel se hizo cargo del negocio familiar y hoy en día es uno de los principales encargados de hacer grabaciones para vendedores en distintos barrios de la ciudad.
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Lo que lo hace especial es su habilidad para cambiar su voz según lo que esté promocionando. Puede sonar enérgico para vender tamales o más tranquilo si se trata de frutas frescas o servicios del hogar. Siempre busca que su mensaje suene cercano y llame la atención de quienes pasan por la calle.
El ‘tiktoker’ @medicenjuliii fue a visitarlo en su casa en el sur de Bogotá . Allí vive en una vivienda antigua pero acogedora , y aunque no tiene muchos recursos, se mantiene con la misma buena energía de siempre.

Hoy en día, aunque el perifoneo ya no se escucha tanto como antes, Miguel sigue trabajando en su estudio. Su rutina empieza temprano , leyendo los guiones y calentando la voz. Pasa bastante tiempo ajustando cada grabación para que suene lo mejor posible.
“Amigos habitantes y visitantes de este sector” es una de sus frases típicas, con la que logra que la gente detenga lo que está haciendo para escuchar.
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Durante la visita del tiktoker, hubo un momento muy emotivo: Miguel hizo una oración antes de grabar, pidiendo que todo saliera bien . Más adelante, el creador de contenido lo sorprendió con un regalo: un celular nuevo, ya que el que tenía se había perdido y eso le dificultaba su trabajo.
Miguel lo agradeció mucho y también contó que cobra alrededor de 100.000 pesos por grabaciones para redes sociales , aunque si son más especializadas, el precio puede variar.
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Aunque no está muy claro qué va a pasar con el perifoneo en el futuro, Miguel se mantiene positivo. Él siente que lo que hace tiene un valor especial, tanto cultural como social, y confía en que su voz seguirá teniendo un lugar en la vida de los bogotanos.
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“Sé que puede ser un mensaje muy invasivo, la gente no tiene opción y le toca escucharlo, y eso lo vuelve complicado. Si alguna vez llegué a incomodar a alguien, de verdad lo siento ” , contó en una entrevista con Semana, aceptando que es posible que su trabajo desaparezca con el tiempo.
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