Para muchas personas las mascotas más que ser animales de compañía, son consideradas como un miembro más de la familia. por esta razón resultan siendo tratados de manera muy especial, con todo el amor y los cuidados necesarios para su bienestar.Las esterilizaciones son totalmente gratuitas para los perros y los gatos que pertenezcan a los estratos 0,1, 2, y 3 a través de jornadas de comunidad, pero con agendamiento de turno digital, para dicho proceso deberá ingresar a la plataforma llamada ‘esterilizar salva’, aquí usted deberá ingresar todo sus datos y los de sus mascota y agendar una cita.Cabe destacar que además del agendamiento por la plataforma de la entidad, también se estarán realizando esterilizaciones en algunos puntos fijos y jornadas especiales en algunos lugares estratégicos dispuestos en la ciudad para poder atender a los animales. También es muy importante aclarar que no se atenderán a las mascotas que vivan por fuera de Bogotá, es decir que vengan de poblaciones como Soacha, Chía, Cota, Funza entre otros.Otra de las formas en la que podrás agendar una cita para la esterilización de tu mascota es acercándote de manera presencial a los CADE y Super CADE donde tienen atención (SuperCADES Américas, Manitas, Bosa y Suba o CADES La Victoria y Santa Helena) o llamando al teléfono de atención al usuario del IDPYBA - 6016477117.¿Cómo implantarle un microchip a tu perro o gato?En una ciudad como Bogotá la cual tiene aproximadamente 8 millones de habitantes, resulta muy recurrente que en ocasiones los peluditos terminan perdidos ya sea por descuido o porque simplemente el animalito decide aventurarse en la calle y terminan perdido en alguna parte.Ante esta situación, una de las soluciones que propone el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá, es la implementación de un microchip que te ayudará a encontrar a tu mascota de manera fácil y rápida.Si usted está considerando esta opción para sus mascotas, deberá estar atento a la información que brinde la entidad para realizar dicho procedimiento en su página web, o si lo prefiere podrá ir a un centro veterinario avalado en su localidad.Este microchip una vez emplatado se queda entre la piel y comienza a actuar como una proteína llamada parilene, la cual según la entidad se usa para que este no cause ningún tipo de complicación o dolor en los peluditos.Estos chips tienen un número de 15 dígitos, que permiten identificar toda la información suministrada por el dueño de la mascota en el sistemas que tiene disponible el instituto. Cabe resaltar que este proceso también lo puede realizar en la plataforma Ciudadanos de Cuatro Patas.Además, se sabe que aparte de llevar un registro de las mascotas existentes en la capital, este dispositivo le permitirá conocer la ubicación del animal, pero con la condición de que sea hallado por otra persona que tendrá que llevarlo hasta la veterinaria para la lectura del código o directamente con la línea telefónica de Protección Animal.
¿Vigilancia terrorífica o solución práctica frente al Covid-19? En Suecia, un país a la vanguardia de microchips subcutáneos, una empresa ha desarrollado un pasaporte sanitario que puede llevarse bajo la piel."Creo que forma parte de mi integridad, llevar un chip y guardar mis informaciones personales para mí", explica a la AFP Amanda Back, una ciudadana de Estocolmo que utiliza el chip desarrollado por la compañía DSruptive Subdermals."Siento que tengo un mayor control al estar en el interior de mi mano", agrega esta responsable de un espacio dedicado a las nuevas tecnologías.Si bien no hay datos públicos sobre de esta práctica, varios miles de suecos se han implantado en los últimos años este dispositivo electrónico bajo la piel para reemplazar llaves, tarjetas de visita, billetes de tren... y en el caso de algunos, su certificado de vacunas.El país escandinavo es uno de los bastiones de los "biohackers", quienes consideran este tipo de soluciones el futuro de la humanidad pese a los recelos que suscitan para muchas otras personas.Más ventajas, según sus defensores: "Un microchip implantado cuesta unos cien euros en el caso de las versiones más avanzadas, comparado con las pulseras inteligentes, que cuestan generalmente el doble; un implante puede durar 30 o 40 años, mientras que una pulsera dura 3 o 4 años", aduce Hannes Sjoblad, máximo responsable de DSruptive Subdermals, para quien el pasaporte sanitario es solo uno de los ejemplos de aplicaciones posibles de este dispositivo.El empresario, que se dice "muy preocupado" por las cuestiones de privacidad, observa no obstante "con gran inquietud" que mucha gente vea los implantes con miedo, "como una tecnología de vigilancia".Los microchips "no tienen batería y no pueden transmitir señales por sí mismos, no pueden decir dónde te encuentras y solo se activan en contacto con un smartphone", recuerda, asegurando que defiende su uso exclusivamente voluntario y que si alguien intentara hacerlo obligatorio, él se opondría.