La Semana Santa, el período litúrgico más significativo para los cristianos , conmemoran la pasión y muerte de Jesús , invitando a la reflexión profunda y la oración ferviente. En estos días de recogimiento, se recomienda no solo meditar sobre el sacrificio de Cristo , sino también abrir el corazón a la intercesión de otros santos, como San Judas Tadeo.
Si bien tradicionalmente el 28 de cada mes se venera a San Judas Tadeo, durante la Semana Santa se presenta una oportunidad especial para acudir a él con peticiones particulares . A través de una oración especial , los fieles pueden buscar su ayuda en situaciones difíciles , confiando en su poder de intercesión.
Es importante destacar que San Judas Tadeo , a menudo confundido con Judas Iscariote, fue en realidad un devoto discípulo que dedicó su vida a la evangelización y fue perseguido por su fe. Esta confusión histórica ha llevado a que los creyentes lo vean como un intercesor accesible y compasivo , dispuesto a escuchar y atender las súplicas de quienes acuden a él en busca de ayuda.
La Agencia Católica de Información y la Santa Brígida de Suecia respaldan la devoción a San Judas Tadeo, afirmando que Jesús mismo indicó que aquellos que necesitaran ayuda en asuntos complejos deberían recurrir a este apóstol.
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En este tiempo de reflexión y renovación espiritual, la figura de San Judas Tadeo brinda esperanza y consuelo a quienes enfrentan desafíos difíciles en sus vidas.
Oración a San Judas Tadeo
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Apóstol gloriosísimo de Nuestro Señor Jesucristo, aclamado por los fieles
con el dulce título de abogado de los casos desesperados, hazme sentir
tu poderosa intercesión aliviando la gravísima necesidad en que me
encuentro. Por el estrecho parentesco que te hace primo hermano de
Nuestro Señor Jesucristo, por las privaciones y fatigas que por él
sufriste, por el heroico martirio que aceptaste gustoso por su amor,
por la promesa que el divino Salvador hizo a Santa Brígida de consolar
a los fieles que acudiesen a tu poderosa intercesión, obtenme del Dios
de las misericordias y de su Madre Santísima la gracia que con ilimitada
confianza te pido a ti, Padre mío bondadosísimo, seguro que me la
obtendrás siempre que convenga a la gloria de Dios y bien de mi alma.
Amén.
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