Liam Gómez, un joven en el Reino Unido, avisó en el trabajo que no podía asistir ese día porque no se sentía bien.
El joven despertó con un terrible dolor en el oído, el cual trató de curar aplicándose unas gotas de aceite de oliva.
Publicidad
Cuando volvió a la cama sintió un cosquilleo, pero culpó a su remedio casero. Un par de horas después cuando despertó, notó que la molestia seguía allí y además podía escuchar un ligero sonido.
Publicidad
Cansado de ello, tomó un copito y una pequeña pinza de cabello y los introdujo en el oído. Al sacarlos descubrió que tenía partes de una araña.
Publicidad
En entrevista con medios locales aseguró que la noche anterior había acabado con un nido de arañas.
Publicidad