Jade-Marie Clark, una madre de dos hijos de Glasgow, Escocia, compartió una poderosa historia en sus redes sociales que inspiró a muchos a prestar atención a su salud y a las señales que envía el cuerpo.
Su historia comenzó en marzo de 2020, cuando se embarazó de su primer hijo, Theo. Lo que inicialmente parecía una simple infección de oído se transformó en una odisea de dolor y diagnóstico.
Durante su primer embarazo, Jade-Marie experimentó un dolor intenso en el oído, que luego se extendió a su cara y cuello. Aunque el dolor disminuyó tras el nacimiento de Theo en septiembre de 2020, nunca desapareció por completo.
En sus propias palabras, confesó a The Sun : “Estaba llorando de dolor. Esto comenzó tres meses después de mi embarazo y no paraba”.
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Sin embargo, la situación se complicó en 2023, cuando Jade-Marie quedó embarazada de su segundo hijo, Rory. Lo que inicialmente había atribuido a las hormonas, el estrés universitario y las responsabilidades de criar a un niño de dos años, comenzó a convertirse en algo más alarmante.
A los dolores de oído se sumaron dolores de cabeza persistentes, entumecimiento en los labios y un temblor involuntario en el párpado de su ojo derecho. Jade-Marie, continuó siguiendo sus síntomas al estrés y no buscó ayuda médica inmediata.
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La gravedad de su situación se hizo evidente cuando, meses después, se sometió a una resonancia magnética que reveló un raro tumor en su cabeza. Un neurinoma del acústico de 3,1 centímetros, que había estado creciendo durante aproximadamente cinco años.
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Este tipo de tumor afecta el nervio que conecta el cerebro con el oído y puede provocar una variedad de síntomas debilitantes.
Tras el nacimiento de su segundo hijo, Jade-Marie se sometió a una cirugía para extirpar el tumor, pero el procedimiento dejó secuelas importantes, incluida una parálisis facial en el lado derecho de su rostro. “No puedo cerrar mi ojo derecho ni sonreír” , compartió, describiendo los desafíos de adaptarse a su nueva realidad.
En sus redes sociales, Jade-Marie documento su proceso de recuperación, que incluyo momentos de alegría, como poder dormir con ambos ojos cerrados por primera vez en años. También está programada para someterse a una nueva cirugía, que podría ayudarle a recuperar el movimiento facial.
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