Aunque pueda parecer un extraño fenómeno, y hasta macabro, la ciencia ha desarrollado una teoría que afirma que un niño puede no parecerse a ninguno de sus progenitores, sino al ex de la madre.
A esta teoría biológica se le conoce como telegonía y afirma que hay transmisión de la herencia, es decir, postula que “la progenie de una hembra y un macho podía adquirir caracteres de otro macho que se hubiera apareado con la hembra anteriormente”.
El argumento es que el contenido genético del esperma es almacenado en el cuerpo de la mujer y aunque no resulte en un embarazo, el ADN es absorbido y puede influir en combinaciones genéticas posteriores.
¿Qué dice la ciencia?
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August Weismann fue el primer biólogo alemán en usar la palabra telegonía. Esta teoría se hizo famosa cuando lord Morton en 1820, cruzó una yegua con un cuaga, obteniendo un híbrido. Después, apareó a la hembra con un caballo árabe y su cría parecía tener características del cuaga. Sin embargo, años después se hicieron varios experimentos para tratar de demostrar la validez de esta teoría y fracasaron todos, por lo que la hipótesis fue descartada.
Sin embargo, en 2014 una investigación de la Universidad del Norte de Gales, liderada por Angela Crean , Anna Koops y Russel Boinduriansky y publicada en el Ecology Letters, denominada Revisitando la telegonía, dice que “las crías heredan una característica adquirida de la previa pareja de su madre y que al menos en las frutas de la mosca, el tamaño de las crías estaba determinado por el tamaño de la primera relación de las mismas, no del auténtico progenitor”. Sin embargo, esto no ha sido probado en otras especies.
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Además, otros expertos como Eduardo Tizzano , jefe de genética del Hospital Vall d’Hebron, creen que es poco probable que la telegonía se de en seres humanos.